La Fiscalía Superior de Cataluña presentó ayer una querella por desobediencia contra el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, al que acusa de desoír la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirar los lazos amarillos y pancartas en apoyo a los políticos presos de los edificios públicos de Cataluña.

A las pocas horas, Torra contestó presentando la querella que había anunciado contra la JEC por presunta prevaricación y replicó a la de la Fiscalía en su contra denunciando que en el Estado "la represión no para". Torra avanzó que va a presentar los recursos y alegaciones pertinentes, aunque puntualizó: "Como en el juicio del procés, no nos defenderemos de nada, sino que acusaremos al Estado de su involución democrática".

La querella es por una presunta comisión de un delito de prevaricación administrativa por parte de los miembros de la Junta, quienes eran conocedores de que dictaban "una resolución no adecuada a derecho y, a sabiendas de que la misma resultaba imposible de acatar". Por su parte, la Fiscalía sostiene que Torra desatendió "reiteradamente" las órdenes de la JEC cuando mantuvo la simbología "partidista".

Ayer por la tarde, la JEC acordó que la pancarta que Torra colgó el viernes en la fachada del Palau de la Generalitat, en la que se lee "Libertad de opinión y expresión", no tiene carácter partidista y por ello no tiene que retirarse.