El líder de Podemos, Pablo Iglesias, denunció ayer, a su salida de la Audiencia Nacional -donde compareció durante una hora para personarse como damnificado en el 'caso Villarejo'-, "la existencia de una trama criminal que vincula a policías corruptos, medios de comunicación y grandes empresarios". "Es una de las mayores vergüenzas de nuestra democracia", afirmó.

Iglesias había sido citado este miércoles a las 10 por el juez Manuel García Castellón, para ofrecerle la posibilidad de personarse y ejercer acusación en la causa que investiga las actividades ilícitas del comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo.

Los investigadores han encontrado entre el material incautado a Villarejo una información que se habría sustraído mediante el robo de un teléfono móvil a un asesor de Pablo Iglesias en 2016 y que acabó publicada en un medio de comunicación.

Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, las pesquisas sobre un posible espionaje a Iglesias se estarían llevando en una nueva pieza secreta del 'caso Tándem', del que hasta ahora había trascendido la existencia de nueve líneas de investigación, dos de las cuales permanecen bajo secreto de sumario.

Pero en esta décima pieza también se estaría investigando el origen y difusión del llamado "informe Pisa" (acrónimo de Pablo Iglesias SA), un documento policial anónimo sobre las finanzas de Podemos que salió a la luz en 2016, informa el diario "El País".

Mientras tanto, el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Enrique García Castaño, "el Gordo", declaró ayer ante el juez por las piezas 'Land' y 'Iron', y afirmó que el antiguo número dos de la Policía Eugenio Pino le ordenó dar a Villarejo toda la información que le requiriera, si bien negó que éste le reclamara nada relacionado con lo que se indaga en esas dos líneas de investigación.

Por su parte, Villarejo acudirá hoy a la Audiencia Nacional para declarar como testigo ante el juez García Castellón sobre su versión acerca de la autoría del atentado del 11-M, en la que apunta a los servicios secretos marroquíes y franceses como responsables de los atentados.