El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) está ya trabajando, para el 28-A, en una macroencuesta con 16.800 entrevistas que, en contra de la práctica habitual de la institución en la actual etapa de José Félix Tezanos, requerirá volver a la "cocina" para calcular un reparto de escaños.

La realización de 16.800 entrevistas para el trabajo de campo, una tarea que ya se ha iniciado, supone quintuplicar las cifras habituales de los barómetros mensuales, que tras la llegada de Tezanos pasaron de 2.500 a 3.000 cuestionarios.

Además, y a diferencia de las encuestas telefónicas de empresas privadas, el CIS solo hace entrevistas personales con los encuestados en sus domicilios y completa los cuestionarios con medio centenar de preguntas, lo que refuerza su valor sociológico. Una encuesta con esa muestra tan amplia y ese trabajo de campo tiene un coste de 300.000 euros.

Desde la llegada de Tezanos, el CIS decidió ofrecer los datos brutos de intención directa de voto que ofrecían los encuestados y renunció a ofrecer una estimación de voto para calcular cuánto apoyo recabará cada partido, lo que le ha valido serias críticas.

Sin embargo, en esta macroencuesta, que se ofrecería antes de que el 12 de abril se inicie la campaña, el CIS tendrá que recuperar la llamada "cocina" porque, además de dar datos de intención de voto de los encuestados, tendrá que ofrecer un cálculo de asignación de escaños a cada partido como es tradicional en este tipo de estudios preelectorales.

Mientras, en la arena política, se sucedieron ayer los actos de partido, marcados por la descalificación del adversario y la fijación en torno a la crisis catalana, que amenaza con excluir del debate la gran mayoría de los problemas del país.

El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, aseguró en una entrevista con "El Español" que le gustaría más el apoyo de Cs antes que el de partidos independentistas en un hipotético pacto para investir presidente a Pedro Sánchez. Para Ábalos, el apoyo del grupo de Rivera, que ya se lo ha negado por adelantado, es "preferible" al de alguien que "cuestione la unidad de España y el marco constitucional".

El presidente del PP, Pablo Casado, aseguró en Vigo que Pedro Sánchez es "el presidente más radical" de la historia de España y su gobierno el más "desigualitario" porque, aseguró, quiere "destrozar la economía, dar prebendas a los independentistas, acercar presos y destrozar la unidad nacional". El PP no se lo va a permitir, advirtió.

El líder de Cs, Albert Rivera, prometió que su formación será el "partido de los pactos de Estado" en cuestiones "tan importantes" como la despoblación o la educación, y añadió que quiere ser el presidente que impulse "grandes acuerdos de país" frente al "bipartidismo caduco". Rivera también prometió una rebaja del 60 por ciento del IRPF para los contribuyentes de poblaciones con menos de 5.000 habitantes, y defendió la implantación de una tarjeta sanitaria única para toda España.