El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en sus llamamientos a la movilización del electorado de izquierda. Ayer, en su primer acto en apoyo de los candidatos del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, y la Comunidad, Ángel Gabilondo, advirtió por enésima vez que el triunfo de la derecha pasa por el abstencionismo: "Urnas vacías significa involución y urnas llenas, progreso para todos".

Sánchez está convencido de que PP, Cs y Vox están "jugando a hacer lo mismo que el 2 de diciembre en Andalucía, a que haya abstención, no movilización". Pero "si el sentido común se moviliza" el 28-A, ganarán los socialistas, porque "el sentido común exclusivamente lo representa el PSOE".

Apeló a la España "que tiene muchas plazas, no solo la plaza de Colón" y a la que sale a la calle a manifestarse el 8 de marzo, el 15 marzo, el 1 de mayo o el Día de la Constitución, pero también a la de los ciudadanos que sufren en silencio el paro de larga duración, la pobreza, la soledad y la violencia de género.

Junto a las ministras Isabel Celaá, Dolores Delgado y Reyes Maroto, las dos últimas candidatas al Congreso por Madrid, y los dos candidatos madrileños, Sánchez dibujó un panorama político en esta comunidad, "con una derecha partida en tres y una izquierda hecha añicos", en el que los socialistas son los únicos que pueden garantizar la "estabilidad" y un proyecto de futuro.

Tras defender que el 28-A el país que está en juego es la España "integradora", plural y diversa que él defiende, volvió a plantear la cita electoral como una encrucijada con "dos caminos: el de la España que avanza o el de una España que retroceda cuarenta años".