El presidente del PP, Pablo Casado, igualó ayer las elecciones generales del 28-A con los días de la Transición. Ante la junta directiva nacional de su partido, Casado aseguró que los españoles elegirán en abril entre "enfrentamiento y concordia", igual que entonces se pronunciaron entre "ruptura y reformas". Casado prometió "moderación, como siempre" pero no "sumisión" frente a quien "prefiere romper España" antes que ponerse de acuerdo con el PP.

Por ello, aseguró que el suyo seguirá siendo el partido "que no se esconde, que no disimula" y que va a dar "todas las batallas" empezando por las ideológicas, para que el PSOE no consiga "imponer su agenda", que para Casado pasa por la ruptura de la unidad de España. El líder popular insistió en su idea de que es necesario aplicar de nuevo el 155 a la autonomía catalana, pero "más duradero y más extenso" que el de 2017.

Antes de entrar a la reunión, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, volvió a romper una lanza en favor de la moderación, reclamando situarse con claridad en el centroderecha, que, aseguró, es lo que siempre ha dado al PP "un excelente resultado electoral". Feijóo se mostró contrario a "improvisar" con partidos "de una, dos o media docena de personas o que tienen un par de ideas para España", en referencia a Cs y Vox.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, criticó que diez de los catorce días de la campaña electoral coincidan con la Semana Santa y advirtió que el presidente del Gobierno se equivoca si cree que los populares van a situar la campaña por encima de tradiciones como la Semana Santa, que el PP celebrará "como se merece" y "como Dios manda". De hecho, el PP de Murcia ha asegurado que no hará actos electorales en Semana Santa.