Pablo Casado presumió ayer de que el PP ha evitado la "venta de España" que Pedro Sánchez estaba negociando con los soberanistas catalanes a cambio del respaldo a sus Presupuestos. El viernes, día del anuncio del adelanto electoral -que Casado se atribuyó por haber "tumbado" al Gobierno-, afirmó que "la contrapartida" a la aprobación de las cuentas "era la autodeterminación de Cataluña".

Siguiendo la misma línea de acusación, el presidente de los populares afirmó ayer en Zaragoza que con la convocatoria de elecciones para el 28 de abril "se ha detenido la venta de España a los independentistas".

Casado dio comienzo de esta guisa a la precampaña durante la clausura de la Convención de Economía y Empleo del PP, en Zaragoza. Y aunque el líder de Cs, Albert Rivera, apostó el viernes por pactar con los populares, sin poner un "cordón sanitario" más que a los soberanistas catalanes, Casado no le devolvió ayer el elogio. Bien al contrario, marcó distancias con los naranjas, de los que dijo que "no han gestionado ni una sola concejalía", aunque la realidad es que gestionan más de 70 ayuntamientos.

Según el diagnóstico de Casado, cuando en España "pintan bastos" y corre prisa emprender reformas, la mejor opción no es jugárselo todo a la "ruleta rusa" para ver si alguien "en su primer vuelo le da por aterrizar bien".

Sin embargo, el líder del PP dejó ayer en segundo plano el conflicto en Cataluña para centrarse en las propuestas con las que planean acabar "con la pesadilla" socialista. El PP tiene ya "el plan hecho" para gobernar España, dijo, y en materia económica, se buscará favorecer la competitividad de las empresas e impulsar una "revolución fiscal", "bajando todos los impuestos", porque "donde mejor está el dinero es en los bolsillos de los contribuyentes". Y cuando el PP llegue al Gobierno frenará "la que iba a ser la futura recesión en España" y pondrá en marcha "la mayor devolución de espacios de libertad que se haya hecho nunca".