El líder de Cs, Albert Rivera, considera que el de ayer fue un "gran día" porque, con la convocatoria de elecciones, finaliza "la escapada de Sánchez". "Podremos ir finalmente a votar un nuevo presidente y una nueva mayoría", celebró. E insistió en que se trata de una buena noticia: "se devuelve la voz al pueblo español" tras una legislatura fallida.

Para Rivera, "lo que está en juego" es si su partido es la alternativa o no al PSOE: "Si un Gobierno Frankenstein II, o constitucionalista. Eso es lo que está dirimiéndose en las urnas".

Así, planteó las elecciones del 28-A como un pulso para acabar con el "sanchismo", operación en la que no descartó llegar a acuerdos con el PP tras el pacto de gobierno alcanzado en Andalucía.

Otra cosa es dar por hecha alguna clase de entente con Vox. No dijo que no, ni tampoco que sí. Para Rivera, los únicos que merecen un "cordón sanitario" son los independentistas. Además, recordó, él ha llegado a pactar incluso con Podemos.

Pero una cosa es llegar a acuerdos con populistas y otra "que los que han intentado dar un golpe en tu país sean tus aliados", dijo en alusión a Pedro Sánchez. Por lo tanto, nada en el horizonte poselectoral con el PSOE, al que Rivera acusó de plegarse ante quienes "hace un año te han dicho a la cara: 'Quiero liquidar España'". "El PSOE y Sánchez tienen que pasar a la oposición, solo rectificarán desde la oposición", sentenció.

"España necesita liberalismo, patriotismo, futuro y modernidad. No No vamos a hacer la España del siglo XXI mirando a la del siglo XX y hablando de Franco y del aborto", apostilló, incidiendo en que tienen "la obligación de construir una mayoría alternativa" y en descartar al PSOE de Sánchez como posible socio.