La acusación particular en el juicio del procés, representada por Vox, recibió ayer un segundo varapalo del presidente del tribunal, Manuel Marchena, que le impidió formular al exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras las preguntas que tenía preparadas. Marchena justificó su decisión en que, una vez que Junqueras aclaró que solo respondería a las cuestiones de su abogado, carecía de sentido que Vox recitase en el vacío su listado.

El miércoles, en la segunda sesión del juicio, el presidente del Tribunal desestimó la petición de los ultraderechistas de que impidiese el porte de lazos amarillos por los procesados, invocando que la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos permite el uso de distintivos ideológicos.

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, consideró ayer que Marchena ha "desvirtuado" la jurisprudencia del Supremo al rechazar su petición de formular preguntas a Junqueras.