El diálogo político sobre el conflicto catalán "no necesita un relator", afirmó ayer el expresidente Felipe González, una de las figuras históricas del socialismo que se suma a la controversia interna sobre la última iniciativa del Gobierno. Frente a quienes critican la figura, la presidenta del partido, Cristina Narbona defiende la propuesta.

"¿Para qué necesitamos un notario que certifique lo que se dice o que los convoque cuando en el Parlamento sobran los notarios, los asesores jurídicos, la gente que toma nota?", se pregunta el expresidente del Gobierno en unas declaraciones difundidas por su Fundación. "No necesitamos relatores", afirma González. A su juicio, Sánchez debe aclarar "el perímetro del diálogo" sobre Cataluña, que "tiene que ser el de la Constitución, el Estatuto de autonomía y el ordenamiento jurídico". En cambio ahora, con el relator, "hemos entrado en un terreno de confusión que me preocupa".

Frente a esa posición, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, defiende que el Gobierno "no ha pasado ninguna línea roja" en el diálogo con los independentistas catalanes. La figura de un relator "neutral" no va "en absoluto" contra el marco constitucional, añade. Narbona reprocha al presidente de Castilla-La Mancha, el también socialista Emiliano García-Page, que "especule con algo que no está sucediendo" porque "no se le están dando alas al independentismo en todo aquello que no está contemplado ni en el derecho internacional ni en la Constitución española".

"El dichoso relator" está creando "confusión", aprecia el presidente de Aragón, Javier Lambán. La mesa de partidos catalanes "nace muerta" porque está "incompleta" por la ausencia de Ciudadanos y PP. Lambán considera que el presidente Sánchez "fue sorprendido en su buena fe" por unos independentistas que "desde los tiempos de Azaña y pasando por los políticos de la Transición, son congénitamente desleales, mentirosos y no se puede uno fiar de ellos".