El Gobierno aceptó ayer que en la mesa de diálogo con partidos que impulsan el Ejecutivo y la Generalitat se siente también un "coordinador" o "relator" que dé cuenta de lo acordado, aunque no un "mediador". Con esa concesión, el Gobierno trata de convencer al PDeCAT de que no vete los Presupuestos el próximo miércoles. ERC presentó ayer una enmienda a la totalidad, tal como había anunciado, pero el PDeCAT se da de plazo hasta el viernes para hacerlo. Hay tiempo para que el Ejecutivo "mueva ficha, yo lo deseo", dijo el portavoz de los neoconvergentes en el Congreso, Carles Campuzano.

El Gobierno catalán -que comparten ERC y Junts per Catalunya (JxC), en el que se encuadra el PDeCAT- dio a entender que las enmiendas podrían ser retiradas si la mesa de partidos se constituye formalmente con un calendario y una "figura notarial" que pueda "dar fe" de lo que se trata y acuerda, resumió la portavoz, Elsa Artadi, consciente de que el Gobierno se siente "muy incómodo" con la palabra "mediador".

Fue el líder del PSC, Miquel Iceta, quien avanzó a primera hora que el Ejecutivo podría aceptar la presencia en la mesa de partidos de un fedatario, pero no, recalcó, de "un mediador". La mediación internacional es uno de los empeños más firmes del soberanismo.

Dicho y hecho. Horas más tarde, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, aceptó la sugerencia de Iceta. Y con la misma puntualización: "No hacen falta mediadores ni para el Gobierno ni para el Partido Socialista. Si acaso, alguien que pueda tomar nota, convocar, que nos pueda coordinar" en esa mesa de "diferentes partidos", entre los que los secesionistas quieren que esté, también, Podemos.

Después, durante la sesión en el Senado, Calvo garantizó al portavoz del PP, Ignacio Cosidó, que el Gobierno no va a hacer "nada al margen de la Constitución" en ese espacio de diálogo con los independentistas. "Si dialogar es un delito, soy culpable y espero mi condena", le espetó a Cosidó, que antes había reprochado a Calvo: "Un verificador en las negociaciones es tanto como reconocer que hay un conflicto internacional, reconocerle soberanía a la otra parte y vulnerar la Constitución".

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, justificó la presentación de la enmienda a la totalidad de su grupo en que los republicanos han hecho "todos los esfuerzos para que el Gobierno asumiera la necesidad de dialogar". Y sentenció: "La pelota está en su tejado". Tardà también urgió al Ejecutivo a aceptar un mediador neutral, "que actúe como fedatario".

ERC parece mucho menos proclive a retirar la enmienda ya presentada que el PDeCAT a no presentar la suya. De hecho, por la tarde, en la segunda reunión de la mesa de partidos catalanes constituida por mandato del Parlament, el republicano Sergi Sabrià advirtió que el veto a las cuentas de su grupo en el Congreso "ha venido para quedarse" y que no la retirarán "si no cesa la represión" contra el independentismo y "hay una concreción" en la mesa de diálogo. Lo que contrasta con la única condición que había puesto Artadi, diputada de JxC: la figura del "relator".