Las tensiones volvieron ayer al Govern, que comparten ERC y Junts per Catalunya (JxC), y, una vez más, por culpa de Carles Puigdemont. La decisión del expresident de recurrir una decisión de la Mesa del Parlament, que controlan las dos fuerzas independentistas, y, lo peor, ante el Tribunal Constitucional (TC), una corte a la que ha dedicado ataques muy duros, abre una nueva etapa de fricciones entre los dos socios, máxime cuando el nuevo impulso que Puigdemont quiere dar a su pretensión de ser investido president por vía telemática ya los enfrentaba desde la víspera.

Puigdemont recurre de amparo ante el TC arguyendo que la Mesa de la Cámara, que preside Roger Torrent (ERC), vulneró sus derechos cuando el pasado octubre le retiró la delegación de voto. El expresident acusa al órgano de gobierno del Parlament de actuar de forma "intempestiva" y sin respetar acuerdos adoptados por el pleno.

Pero el asunto tiene más aristas y ya provocó fuertes tensiones entre los dos partidos en octubre. Ese mes, el Pleno del Parlament respondió a la suspensión de dos diputados de ERC y cuatro de JxC -fruto de su procesamiento por el Supremo- con un doble pronunciamiento. Por un lado, la Cámara les confirmaba en su condición de diputados; por el otro, les invitaba a delegar el voto en un compañero de filas de su elección. Los dos de ERC (Oriol Junqueras y Raül Romeva accedieron), pero los cuatro de JxC (Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull) se negaron a designar sustituto. Torrent se vio obligado a no admitir sus votos y, desde entonces, el bloque soberanista ya no tiene la mayoría absoluta.

ERC y JxC se cruzaron reproches durante todo el día de ayer a cuenta del recurso de Puigdemont, que no secundaron los otros tres parlamentarios de JxC.

Vías judiciales

Los neoconvergentes aducen que recurrir ante el TC era imprescindible: Puigdemont debe agotar todas las vías judiciales en suelo español para poder llevar su caso ante los tribunales internacionales. Los republicanos lo niegan y añaden que la decisión pone en un aprieto a Torrent.

Pero, además, tanto fuentes de ERC como del entorno de Torrent aseguran que no tenían conocimiento del recurso. JxC afirma lo contrario y lo atribuye a motivos "técnicos". La portavoz de ERC, Marta Vilalta, no quiso hacer sangre y se limitó a responder que respeta la decisión, aunque el malestar se palpaba. Sobre todo, porque la oposición arremetió contra el expresident y, por extensión, contra el bloque independentista. Cs acusó al primero de ir "llorando" al TC y el PSC criticó la "telenovela de traiciones mutuas" de los secesionistas.