Íñigo Errejón deja de ser diputado, pero no se va de Podemos, lo que complica la búsqueda de una salida a la crisis abierta en la formación morada por la decisión de su cabeza de lista a la Comunidad Madrid de formar tándem electoral con la alcaldesa Carmena. Errejón encabezará la candidatura regional de Más Madrid y las dirección de Podemos ignora cómo hacer frente a esta circunstancia, que tiene la complicación añadida de que IU considera roto el acuerdo para integrar una lista única con el partido de Iglesias.

"Hay algunas veces en la vida en las que lo correcto y lo cómodo no coinciden. Yo hoy pago muy tranquilo el precio por haber tomado la decisión correcta", explicó ayer el en otro tiempo "segundo" de Pablo Iglesias para justificar su renuncia a seguir en el Congreso. Aunque la dirección nunca se lo haya exigido de manera formal, distintas voces de Podemos vienen presionando a Errejón para que deje de ser diputado. El más explícito fue el secretario de Organización, Pablo Echenique, quien días atrás consideraba que esa salida era la más recomendable, aunque dudaba de que Errejón diera el paso porque "de algo tiene que vivir hasta mayo". El ya exparlamentario tiene derecho a una indemnización de 8.700 euros, el equivalente a tres mensualidades de su sueldo de diputado, como "indemnización por cese".

La dirigente de IU Sol Sánchez sustituirá a Errejón en la bancada de Unidos Podemos del Congreso y hoy podrá votar ya la convalidación de decretos ley del Gobierno.

La renuncia al escaño no implica el abandono de la formación morada, con la que mantiene el vínculo y de cuyo Consejo Estatal seguirá formando parte. Errejón reivindicaba ayer su papel de fundador para justificar esa continuidad. "No podría dejar Podemos aunque quisiera porque lo he fundado y lo llevo tatuado en la piel", afirma. Errejón elude polemizar con los miembros de la dirección de su partido que lo criticaron con dureza desde que se conoció su intención de liderar la lista regional de Más Madrid y matiza que "no vine a estar en política, vine a hacer política".

Su continuidad en Podemos provoca una situación insólita, a la que la organización no sabe cómo hacer frente. La cúpula del partido traslada la responsabilidad de decidir a la dirección autonómica, al frente de la cual figura Ramón Espinar, quien hasta ahora se ha caracterizado por el empeño en rodear al candidato Errejón de personas de lealtad garantizada a Pablo Iglesias. La incomodidad de la situación quedaba ayer en evidencia en las palabras del diputado Rafael Mayoral, quien instaba al antiguo secretario de Estrategia a dejar Podemos y da por seguro que elegirán otro candidato a la Comunidad de Madrid, aunque a cuatro meses de las elecciones autonómicas no pueden precisar ni cómo ni cuándo. El temor ahora es que otros miembros sigan a quien se atrevió a enfrentarse al líder.

Con la renuncia de Errejón vuelven a aflorar las discrepancias en el núcleo fundacional que han ido jalonando la trayectoria de Podemos en los dos últimos años. La exdirigente Carolina Bescansa considera "un gran error" que Errejón deje su escaño y cree que Podemos tendrá que explicar algún día, "sin manipulaciones sentimentales", la deriva que "tristemente ha tomado nuestra organización". "El apego a las siglas o al aparato, por encima de cambiar las cosas, no tiene nada que ver con el Podemos que fundamos", defiende Luis Alegre, secretario general de Madrid hasta 2016.