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Podemos

Iglesias-Errejón: Razones para una ruptura

"La alianza de los amigos de la Facultad se ha roto", explican los analistas

La decisión de Iñigo Errejón de concurrir en la plataforma de Manuela Carmena 'Más Madrid' para las próximas elecciones de la comunidad ha herido de gravedad el ya de por sí frágil equilibrio interno que imperaba en Podemos desde la Asamblea Ciudadana de febrero de 2017, conocida como Vistalegre 2. Pablo Iglesias revalidó su liderazgo gracias a su tirón entre las bases y Errejón - entonces su número 2 - fue apartado del núcleo de poder. Consumada esta semana la ruptura entre ambos, los analistas ven ahora a un partido "fracturado" y bajo el riesgo de perder votantes por el efecto del desencanto y la confusión.

"La alianza de los amigos de la Facultad se ha roto", explica de manera gráfica el sociólogo y profesor universitario Luis Arroyo, para quien la variable personal juega un papel "fundamental" en el proceso de separación entre ambos dirigentes. "Son dos jóvenes con orígenes distintos: uno de Vallecas - Iglesias - y otro de Somosaguas - Errejón -. A veces, cuando estas rencillas tan primarias se trasladan a la política no se pueden evitar. Y más en el caso de chavales de 30 años que de la noche a la mañana se convierten en protagonistas políticos de un país. No recuerdo un caso de escisión en un partido político en el que el segundo al mando no se enfrentara al primero. Ahí están los casos de Guerra y González o Rajoy y Aznar", añade.

'Iñigo, así no'

Después de la Asamblea de febrero de 2017, Errejón fue relevado de su cargo de portavoz por Irene Montero, pero los desencuentros ya venían de lejos. Ese episodio llegó dos meses después de que los colaboradores de Iglesias le afearan a Errejón en las redes sociales -con el lema 'Iñigo, así no' - sus críticas al cese de José Manuel López como portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid. Y, antes de eso, Errejón no estuvo de acuerdo con la orden del líder del partido de no apoyar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Iglesias le asignó entonces la Comunidad de Madrid como espacio para sus ambiciones políticas, pero el arrinconamiento progresivo de Errejón, así como de sus tesis y equipo, le dejaron en condiciones "precarias", explica Verónica Fumanal, consultora de comunicación política. Ex asesora de Pedro Sánchez y Albert Rivera, Fumanal considera que el hecho de que Errejón fuera apartado de la primera línea, "como le ocurrió a Tania Sánchez", era señal evidente de que había "una fractura no solo política, sino emocional".

"Esto se llevaba cociendo muchísimo tiempo. Errejón es un gran estratega, mejor que Iglesias y ahora ha propiciado que Podemos se mida en las elecciones contra él. Después de Vistalagre 2, Iglesias tenía más apoyo orgánico, pero él tenía más respaldo social. Lo que Errejon busca ahora es evidenciar que Iglesias dirige Podemos 'manu militari' y que le va a expulsar del partido sin ninguna reunión orgánica ni comisión de garantías", añade Fumanal. "Ha habido un proceso de degradación de Errejón. Él cree que tiene más opciones de controlar su futuro político en la plataforma de Carmena que en Podemos, que ahora queda debilitado. La fractura es dura y ahora están por ver cuáles van a ser sus consecuencias", explica Luis Arroyo.

Las divergencias políticas entre ambos trascienden del ámbito madrileño, en el que los partidarios de Errejón se han mostrado muy críticos con la confluencia con IU. Son discrepancias ya conocidas y que se han acentuado en estos dos años. La transversalidad de Errejón frente a la línea más radical de Iglesias. "Errejón ha conseguido llevar adelante esa visión de la izquierda más pragmática, menos anticapitalista. De una izquierda que no confronte, que seduzca", subraya Verónica Fumanal. Está por ver ahora el recorrido electoral de Errejón y de Podemos en las próximas elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo. Pero la unidad de acción de la que Podemos presumía parece quebrarse por el efecto de varias fisuras. "Podemos creció con el lema unitario de 'el pueblo contra la casta', pero eso se ha ido diluyendo. La salida de Carolina Bescansa, el desacuerdo entre Iglesias y Teresa Rodríguez, las discrepancias con Errejón... Toda esa unidad de acción se ha ido al traste. Y eso al votante no le gusta", concluye Luis Arroyo.

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