Juan Manuel Moreno (PP) se comprometió ayer a poner en marcha en Andalucía "algo parecido a una transición" en su discurso de investidura ante el Parlamento autonómico; una tarea para la cual llamó al diálogo con "todos" y "entre todos" y descartó los "complejos", los "prejuicios" y los "cordones sanitarios", en alusión a los 12 diputados de Vox que hoy le harán presidente con mayoría absoluta en la primera votación.

Moreno acusó al PSOE-A y a Adelante Andalucía (Podemos + IU) de "desestabilizar " al nuevo Gobierno andaluz (de PP y Cs) antes incluso de que se conforme con su respaldo a las manifestaciones que ayer concentraron a miles de personas delante de la Cámara andaluza en defensa de los derechos de las mujeres.

Moreno no dudó en tildar de "escrache" estas protestas, igual que hizo desde Málaga el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y ambos acusaron a los socialistas de alentarlas porque no han sabido encajar su derrota en las elecciones del 2 de diciembre. Pero mucho más lejos fue el portavoz de Vox en el Parlamento y hombre fuerte de los ultras en Andalucía, Francisco Serrano, que las comparó con la "kale borroka".

En su discurso, de una hora y quince minutos de duración, el candidato del PP a la investidura anunció el grueso de las 90 medidas pactadas con Ciudadanos, -al que sin embargo no citó-, haciendo especial hincapié en las iniciativas de regeneración democrática y transparencia, tras 36 años del PSOE en la Junta.

Moreno Bonilla insistió en atribuirse el liderazgo del "cambio" demandado por los andaluces en las urnas y pidió que no se le tenga miedo: "La democracia es cambio y nadie puede tenerle miedo a la democracia".

Quiso ser muy gráfico con la tarea regeneradora que se ha impuesto: "Me propongo que en el interior de San Telmo (sede de la Presidencia de la Junta) haya tanta luz como en la fachada". Para ello, advirtió, "vamos a abrir las ventanas y levantar las alfombras", porque "es preciso luchar contra los corruptos desde el interior de las instituciones".

Algunos de los compromisos asumidos por el PP y Cs son suprimir aforamientos, limitar mandatos, auditorías integrales, crear una comisión de investigación de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo, reclamar el dinero defraudado en los ERE y medidas para acabar con las "redes clientelares".

Pero la prioridad es el empleo, aunque el próximo presidente andaluz no recordó ayer en la Cámara su promesa de campaña de crear 600.000 puestos de trabajo.

El candidato agradeció a Susana Díaz su trabajo al frente de la Junta, porque "más allá de los aciertos y los errores" cree que trabajó "con las mejores intenciones", lo que no le impidió atacar a los socialistas por la "herencia" que él recibe ahora.

El portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez, vio el discurso "muy flojo", un "batiburrillo", y Adelante Andalucía anunció que será "la voz de la movilización que hoy está en la calle".