El Gobierno se reunió ayer en Barcelona y el independentismo no desaprovechó la ocasión de manifestar su desafección con el Estado, en una jornada de gran tensión en las calles, con enfrentamientos entre los Mossos d'Esquadra, encargados de la seguridad, y grupos de activistas radicales que, a cara descubierta o encapuchados, se enfrentaron con los agentes en varios puntos de la ciudad condal, si bien no lograron su objetivo de frustrar la reunión del gabinete. Más de 50 heridos, 30 de ellos mossos, aunque ninguno grave, y al menos 13 detenidos dan idea de la fuerte contestación que provocó la presencia del Ejecutivo de Pedro Sánchez en la ciudad. Contestación que el gabinete se propuso aplacar con medidas de corte simbólico que fueron desdeñadas sin tapujos por el Govern de Joaquim Torra.

Cuando los disturbios y las protestas, pacíficas o violentas, todavía estaban activas en el centro de la ciudad condal, el Gobierno anunció que el aeropuerto de El Prat se llamará a partir de ahora Josep Tarradellas, en recuerdo del primer president de la Generalitat desde el regreso de la democracia. Además aprobó una declaración de condena del consejo de guerra que en 1940 condenó a muerte a Lluís Companys, pero que no supone la nulidad del proceso, como rápidamente se encargó de puntualizar la consellera de Justicia, Ester Capella, y después reconoció la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet.

La portavoz del Govern, Elsa Artadi, hizo balance de estas medidas en términos muy críticos: para tomar "acuerdos menores, quizás no hacía falta venir". Se trata de acuerdos "sectoriales y estéticos", dijo Artadi, que no justifican los "inconvenientes" y el despliegue de seguridad que la celebración del Consejo de Ministros causó. Además, el Govern se quejó de que el cambio de nombre del aeropuerto de El Prat se decidió "sin consenso".

"No han entendido nada, no nos valen gestos", resumió la portavoz de ERC, Marta Vilalta, antes de participar en una manifestación, ya por la tarde, para reclamar la excarcelación de los políticos independentistas presos, justo un año después de las elecciones convocadas al amparo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Las movilizaciones de los comités de defensa de la república (CDR) provocaron cortes en carreteras, autopistas e importantes arterias de tráfico de Barcelona. Y al mediodía se tradujeron en choques en los que los mossos desplegados para blindar la celebración del Consejo de Ministros, en la Casa de la Llotja de Mar, hubieron de emplearse a fondo para desmontar barricadas y, sobre todo, impedir que los miembros de los CDR rompieran el cordón de seguridad que blindaba la celebración del Consejo. Más de 9.000 policías se movilizaron ayer. Las cargas se contaron por decenas.

Cortes de carreteras

A primera hora, los CDR cortaron una veintena de tramos de carreteras en varios puntos de la red viaria catalana. Pero a medida que avanzaba la jornada, este tipo de acciones decayó y la actividad se concentró en Barcelona, aunque también se registraron protestas en Gerona y Tarragona.

A las ocho y media de la mañana, tres "columnas" de los CDR partieron desde diferentes puntos del centro de la capital, con intención de rodear el edificio la de la Llotja de Mar. Pero el fuerte dispositivo policial impidió a los manifestantes acercarse a sus aledaños, así que dos de las "columnas" se desviaron.

Centenares de activistas cortado unas horas la Ronda Litoral, mientras la tensión iba en aumento en la zona de Drassanes, donde se desataron los primeros incidentes, en los que los CDR montaron barricadas con vallas y contenedores en mitad de la calle, y arrojaron botes de humo y piedras a los Mossos, que cargaron.

La tensión también crecía en Via Laietana, donde se iban concentrando centenares de activistas, que tampoco pudieron sobrepasar el cordón policial que les cortaba el paso hacia el lugar de celebración del Consejo.

En total, los Mossos detuvieron a 13 personas en los disturbios de los CDR, diez de ellos en Barcelona y otros tres en el corte de la autopista AP-7 en L'Ampolla (Tarragona). Según informaron fuentes policiales, siete de los detenidos fueron arrestados por los incidentes en Drassanes, y otro a primera hora al intentar saltar el cordón policial en Via Laietana con material para elaborar un artefacto incendiario.

Entre los heridos figura un reportero de la cadena Intereconomía que fue agredido por un miembro de los CDR que le propinó un puñetazo en la nariz, tras lo que continuó trabajando.

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, afirmó que las movilizaciones habían logrado "un efecto de huelga general". La CUP también las celebró y llamó al Govern a apostar por la desobediencia, acusándolo de alinearse con "el régimen del 78".