El Tribunal Supremo (TS) rechazó ayer paralizar de forma cautelar la exhumación de Franco como solicitaban sus nietos, pero condicionará los plazos para sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos. En su resolución advierte de que el traslado no podrá hacerse hasta que se resuelva en esa instancia judicial el más que previsible recurso de la familia contra el acuerdo final del Gobierno, previsto para finales de enero. Pese a ello, el Ejecutivo mantiene su previsión de exhumar al dictador entre finales de enero y mediados de febrero del año próximo.

Tras dos horas y media de reunión, la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal desestimó ayer la solicitud de la familia del dictador de suspender de forma cautelar los trámites acordados por el Consejo de Ministros para seguir con la exhumación. La Sala lo deniega porque, a falta de una orden directa y efectiva para exhumar, el acuerdo recurrido no es suficiente para dar salida a los restos ni produce una situación irreversible que haga perder su finalidad al recurso. La decisión final del Gobierno no podrá ser ejecutada sin el visto bueno de la familia o sin que se le dé la oportunidad de recurrir ante el Supremo. En apoyo de la decisión, los magistrados citan una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que condenó a Polonia por realizar dos exhumaciones sin dar audiencia a las familias, que se oponían a trasladar los restos mortales de dos personas que fallecieron en 2010 el accidente del avión en el que viajaba el presidente Lech Kaczynks.

Con esta decisión, el Gobierno podrá continuar con el procedimiento de exhumación del dictador aunque con la advertencia de que quedará paralizado en el futuro a la espera de que el Supremo resuelva el previsible recurso de los nietos del dictador. Todos lo plazos marcados por el Ejecutivo de Sánchez para la operación, con fuerte carácter simbólico y una de las primeras anunciadas tras su llegada a la Presidencia, quedaron desbordados por los sucesivos obstáculos y la resistencia de la familia a que los restos de Franco salgan del Valle de los Caídos.

De consumarse la exhumación del caudillo, el Gobierno tiene además pendiente de resolver la nueva ubicación del dictador. Sus nietos insisten en que sea enterrado en el panteón de la familia en la cripta de la catedral de la Almudena. Esa opción quedaría cerrada con la modificación de la ley de Memoria Histórica destinada a impedir que los restos acaben en un lugar propicio para el enaltecimiento, pero el cambio legal todavía no está aprobado por el Congreso. El presidente Sánchez afirmaba ayer que hay otras formas para evitar que Franco acabe en la Almudena.