La derrota socialista en las elecciones andaluzas del pasado día 2 ha vuelto a propiciar un episodio de tensión en el interior del PSOE. Ayer fue en la reunión del grupo parlamentario del Congreso, la primera desde los comicios, donde un grupo de diputados reclamaron que se analizasen los resultados electorales de Andalucía. El debate se produjo pese al intento inicial de la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, de ceñir los debates al orden del día: el pleno de esta semana y algunos detalles sobre una cena navideña.

La exportavoz socialista Soraya Rodríguez, próxima a la vapuleada cabeza de lista socialista en Andalucía, Susana Díaz, y crítica con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pidió la palabra para reclamar una valoración política del varapalo encajado por los socialistas, que pasaron de 47 a 33 diputados, con la mayoría absoluta establecida en 55. También exigió reflexionar sobre el éxito de la formación ultraderechista Vox, que hizo su entrada en la cámara de Sevilla con 12 diputados, lo que le otorga la llave para entregar la presidencia de la Junta a una alianza de PP (26) y Cs (21).

Soraya Rodríguez, apoyada por el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, insistió en su reclamación de debate, según fuentes de la reunión, pese a las afirmaciones de Lastra de que lo pertinente ahora es mantener el apoyo a Susana Díaz, mientras sea presidenta en funciones de Andalucía, y de que las causas de la derrota ya ha sido tratadas por la ejecutiva federal socialista y por la dirección andaluza.

Para Rodríguez, quien pidió que el PSOE mantenga su apoyo a Susana Díaz incluso si pasa a la oposición, uno de los elementos que ha podido influir en los resultados ha sido el apoyo de los partidos independentistas a la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a la Moncloa.

A juicio de la exportavoz parlamentaria en la época de Alfredo Pérez Rubalcaba, aceptando el apoyo de los secesionistas catalanes y de EH Bildu se traspasó una "línea roja" que ha podido tener consecuencias en las primeras elecciones celebradas desde la moción de censura. A su entender, la gran consecuencia de ese apoyo ha sido el éxito de Vox, al igual que si Cs y el PP aceptan el respaldo de Vox, dijo, eso tendrá un coste para la derecha.

Lastra subrayó entonces, según fuentes presentes en la reunión, que en contra de lo que pueda pensarse en algunos círculos, el Gobierno de Sánchez ni está en manos de los independentistas ni está haciendo nada que vaya contra la integridad territorial de España.