La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha reivindicado la "responsabilidad" de proteger la Constitución y adaptarla a "las circunstancias actuales", marcadas por "malos tiempos" que solo pueden abordarse desde la política.

Lo ha dicho en un acto en el Tribunal Constitucional del cuarenta aniversario de la Constitución de 1978, al que han asistido las principales autoridades del Estado, entre ellas, el presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el presidente del Senado, Pio García Escudero; y la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega.

Calvo ha pedido "mirar de nuevas para ver de nuevas", con el objetivo de encontrar un "punto común", como se hizo entonces, cuando todos se vieron obligados a hacer concesiones.

Y aunque ha reconocido que se viven "malos tiempos" con la "denostación de la política", ha reivindicado el valor "imprescindible" de la misma pues representa "el único lugar de participación".

La vicepresidenta del Gobierno ha hecho hincapié en la necesidad de reconocer la "diversidad constitucional", pero también "los límites propios" y ajenos para así conseguir "vivir en racionalidad practicando los valores democráticos que parten de la razón".

En esta línea, ha querido rendir homenaje a la tarea del TC, que representa la "garantía absoluta de la existencia de la propia constitución sin paliativos". Su trabajo, ha enfatizado la vicepresidenta, "permite que la Constitución no esté nunca congelada", sino "permanentemente viva".

Como viene haciendo en sus últimas intervenciones públicas, el presidente del TC, Juan José González Rivas, ha abierto la puerta a una reforma constitucional que "pueda adaptarse a la España de hoy partiendo de la preservación de sus logros", siempre y cuando se tenga claro qué aspectos se quieren reformar con "concordia, fe, optimismo, decisión y valentía".

"Reformable desde su acatamiento y con lealtad", ha añadido González Rivas, que ha pedido hacerlo "siempre atendiendo a sus procedimientos democráticos" y "solamente a golpes de palabra".

El presidente del TC ha reconocido el papel de la Corona como "pieza esencial de nuestra democracia", de la misma manera que ha destacado el trabajo de los padres de la carta magna en presencia de dos de ellos, Miquel Roca y José Pedro Pérez-LLorca, quienes "buscaron un verdadero pacto constitucional entre sectores aparentemente irreconciliables".

Más crítico, el presidente emérito del TC Miguel Rodríguez Piñero ha advertido de las "insuficiencias y fracasos" de la puesta en práctica de la Constitución, reflejados en "el desprestigio de algunas instituciones" o "en el desapego de la clase política".

Y aunque ha admitido que la Carta Magna se encuentra "en una difícil encrucijada", ha subrayado la necesidad de seguir abordando "con decisión y ánimo" las dificultades "del momento presente", siempre partiendo de las reglas de juego que marca el propio texto constitucional.

Roca ha aprovechado su intervención para reivindicar el "patriotismo" que reside en el "deber de respetar" los valores que hicieron posible la Constitución y que hoy "deben seguir vigentes".

Y ha reconocido la "evidente" presión que recae sobre el Tribunal Constitucional y que "se complementa con una frecuente conveniencia de reformar la Constitución marginando así la necesidad" de recuperar el pacto que la hizo posible.

Además de los ya mencionados, al acto han asistido también los ministros de Interior y Justicia, Fernando Grande Marlaska y Dolores Delgado, respectivamente; la fiscal general del Estado, María José Segarra; y el expresidente del Gobierno Felipe González, que han querido también respaldar el 40 aniversario de la carta magna, junto a magistrados del Tribunal Supremo y del Constitucional.