Desde esta medianoche están en vigor las restricciones al tráfico privado de Madrid Central, que va a cambiar la forma de moverse en la capital, pues solo irán al centro en coche sus vecinos e invitados, los vehículos no contaminantes y quien estacione en un aparcamiento.

En este área de bajas emisiones de 472 hectáreas se eliminará el tráfico de paso, el que cruza pero no tiene origen ni destino en Madrid Central -unos 58.678 vehículos diarios- y está previsto reducir en un 40 % las emisiones contaminantes de dióxido de nitrógeno (NO2). El Gobierno municipal de Manuela Carmena defiende además que Madrid Central permitirá reducir el ruido y recuperar espacio público para los viandantes, con 2.200 metros cuadrados más de aceras.

Pendientes hasta ayer mismo del Tribunal Superior de Justicia

Hasta ayer mismo la entrada en vigor de Madrid Central pendía de un hilo, pues Automovilistas Europeos Asociados había presentado el miércoles un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia pidiendo la suspensión cautelarísima de la medida. No obstante la respuesta del tribunal llegó a primera hora de la tarde de ayer, desestimando la petición de la asociación de automovilistas.

Con todo, el TSJM deliberará la próxima semana sobre tres recursos judiciales, uno del Grupo Municipal del PP contra la ordenanza y dos del Gobierno de Ángel Garrido, contra la ordenanza que contiene Madrid Central y contra el acuerdo de Junta de Gobierno que reguló su funcionamiento.Vecinos, coches poco contaminantes y transporte público

Con Madrid Central, podrán moverse en el centro sin restricciones los vecinos empadronados, sus invitados (20 invitados como máximo al mes) y los coches menos contaminantes, los de etiqueta Cero Emisiones y los Eco, además de los de las personas con movilidad reducida. Circularán libremente el transporte público colectivo -taxis, autobuses y VTC- y los modos limpios- bicicletas, patinetes o 'car sharing'.

El coche, al aparcamiento

Para la mayoría de los conductores la única forma de acudir en su vehículo al centro será estacionando en un aparcamiento de Madrid Central, público o privado, pero con distintivo municipal. En cambio, no podrán tirar de aparcamiento los coches sin etiqueta ambiental de la DGT, es decir los de gasolina anteriores al 2000 y los diesel matriculados antes de 2006, apartados del centro por ser los más contaminantes.

Quien acceda a Madrid Central debe poder estacionar para evitar la multa, por lo que el Ayuntamiento pretende instalar paneles donde se informe de las plazas libres, que sin embargo llegarán con cinco meses de retraso. También podrá acceder el que tenga un garaje en la zona y en el caso de los visitantes, el que acuda a un hotel con garaje. Las motocicletas de los no residentes con etiqueta B o C pueden acceder y estacionar pero con límite horario, de 7.00 a las 22.00, en el caso de los vecinos no tendrán limitaciones.

Familias con hijos escolarizados y trabajadores nocturnos

Se autoriza el acceso de los empleados nocturnos que entren o salgan del trabajo entre las 00.00 y las 06.30, siempre que no residan en la capital. Además, fruto de la oposición a la medida, se han tramitado permisos en los días lectivos para las familias que tengan hijos escolarizados en Madrid Central, que recibirán autorizaciones tramitadas por los centros educativos.

Suministros, servicios profesionales y vehículos de emergencia

Madrid Central garantiza la entrega de suministros y la prestación de servicios industriales y comerciales mediante permiso de acceso a profesionales y a vehículos de mercancías, con un horario de reparto más o menos amplio en función de cómo de contaminantes sean.

A partir de 2020 no podrán acceder los vehículos ligeros (furgonetas) sin etiqueta y en 2022 tampoco los B, mientras que en el caso de camiones y furgones se eliminarán los que no tienen etiqueta en 2023 y los B en 2025. El Ayuntamiento también permite el acceso del suministro de farmacias y vehículos de emergencias.

Bulevares y rondas marcan el perímetro rojo de Madrid Central

El nuevo perímetro -marcado por los bulevares y las rondas y señalizado con una doble línea roja- es compacto, incluye la Gran Vía, y elimina, salvo excepciones puntuales, las calles de libre circulación, por lo que el Ayuntamiento prevé una reducción de las multas por despiste.

Lo forman Alberto Aguilera, Glorieta de Ruiz Jiménez, Carranza, Glorieta de Bilbao, Sagasta, Plaza de Alonso Martínez, Génova, Colón, Recoleto y Paseo del Prado, la Plaza del Emperador Carlos V, las rondas de Atocha, Valencia, Sevilla y Toledo, Cuesta de la Vega, Calle Mayor, Plaza de España (lateral continuación de la Cuesta de San Vicente), Princesa y Serrano Jover.

Periodo de pruebas y sanciones

Aunque las limitaciones arrancan esta medianoche, durante el mes de diciembre solo habrá control manual y será en enero cuando arranque el período informativo y el sistema informático, que se alargará dos meses.

Habrá que esperar por tanto a marzo para ver las primeras sanciones económicas y hasta entonces el Ayuntamiento solo informará por carta del incumplimiento. Voluntarios informarán a los conductores a pie de calle sobre cómo proceder.

El 8 de enero empezará a funcionar la aplicación web para que los vecinos tramiten digitalmente permisos y hagan solicitudes.

El tráfico se desvía a la M-30

¿Y los coches donde irán? El Ayuntamiento no prevé una afectación relevante a las zonas limítrofes, salvo en el caso de la calle Sagasta, donde habrá un 13 por ciento más de tráfico. La mayoría de la circulación se trasladará a la M-30 y algunos dejarán el coche en casa. El Ayuntamiento prevé entre 19.700 y 35.800 nuevos viajes en el transporte público.