El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desató ayer el malestar de Podemos tras precisar, en la sesión de control al Ejecutivo, que su amplia oferta del martes de pactar los Presupuestos de 2019 con todos los partidos va dirigida, en particular, a Ciudadanos.

El líder morado, Pablo Iglesias, había exigido poco antes a Sánchez, también en el hemiciclo, "certezas" de que cumplirá el acuerdo alcanzado hace casi un mes y le había pedido garantías de que no va a volver a "equivocarse de aliados". Sin embargo, Sánchez ignoró su advertencia.

El "todos" pronunciado por Sánchez el martes tenía como destinatarios a PP y Cs, aunque la exigencia de que a cambio se levantase el bloqueo a la tramitación de las cuentas solo dejaba como objetivo a Cs, que ya lo hizo el pasado lunes. Ayer Sánchez lo confirmó cuando, en respuesta a la acusación del líder naranja, Albert Rivera, de connivencia con los independentistas, le invitó a ser "valiente y audaz" y pactar "unos buenos presupuestos" en lugar de dejarse arrastrar por el PP en su "deriva radical".

Sin respuesta

Rivera no respondió a la oferta del presidente, pero fuentes de Cs aseguraron después que nadie del Ejecutivo se ha puesto en contacto con ellos y que no tienen nada que negociar cuando se está tratando de pactar las cuentas del Estado con partidos como ERC. Al respecto, Rivera acusó a Sánchez a las claras que negociar las cuentas públicas con los promotores del "golpe de Estado en Cataluña" a cambio de "indultos, impunidad y prebendas".