El encuentro del presidente Pedro Sánchez con la andaluza Susana Díaz marcó ayer el arranque de la maquinaria electoral andaluza con vistas a los comicios autonómicos del próximo 2 de diciembre. Fue una escena impensable hace poco más de un año, con la que los socialistas quisieron mostrar la unidad del partido y que, supuestamente, las heridas están cerradas. Sánchez prometió para Andalucía un plan especial de empleo. El líder del PP, Pablo Casado, entró también de lleno en la precampaña andaluza y calificó de "régimen" comparable a la "Cuba de Castro" los casi cuarenta años de gobiernos socialistas en la región.

"Tienes a todo el partido contigo, acompañándote con generosidad y con toda la fuerza para que vuelvas a ganar las elecciones en Andalucía", le dijo Sánchez a la presidenta andaluza. Susana Díaz fue proclamada ayer de manera formal candidata a encabezar de nuevo la Junta, sin candidato alternativo, y doce días después de que decidiera disolver el Parlamento regional y convocar elecciones para el 2 de diciembre, argumentando la necesidad de garantizar la "estabilidad en Andalucía".

Explicitados los apoyos y escenificada la unidad para el banco de pruebas electoral en que se está convirtiendo Andalucía, la candidata, que aspira a su tercer mandato, aseguró que su partido es la "auténtica izquierda". Sin mencionar los posibles pactos poselectorales, la presidenta andaluza dibuja un tiempo en el que los ciudadanos piden diálogo. "El PSOE-A siempre ha tenido capacidad para gobernar con unos y con otros", defendió Díaz en referencia a los pactos con el PA, IU y, el último, con Ciudadanos, cuya ruptura provocó el adelanto electoral.

Díaz calificó de "cenizo" al líder el PP, Pablo Casado, a quien reprocha su insistencia en proclamar "desgracias y apocalipsis". "Frente a la ilusión y las ganas vamos a tener a unos tíos cenizos que llegan hablando de lo negro, de lo malo, pero esos que vienen aquí el 3 de diciembre plegarán los trajes, cogerán las maletas y se marcharán a Madrid. Nosotros nos quedaremos aquí con la alegría", anticipó la líder del socialismo andaluz.

Pablo Casado, quien anuncia que las próximas semanas centrará su actividad pública en Andalucía, avanza que no participará en ningún Gobierno en el que esté el PSOE, un rechazo que justifica por motivos de regeneración democrática y por las necesidad urgente de cambio de políticas.

"Estamos hartos de que el PSOE se envuelva en la bandera de Andalucía como un burladero para evitar las críticas justas a su corrupción, al paro que produce y a las malas políticas públicas que viene gestionando desde hace cuatro décadas", denunció Casado. El líder del PP se muestra "harto" de que cuando alguien "osa criticar a la Junta" se le diga que está "insultado a los andaluces". "Es como si estuviéramos en la Cuba castrista, no se puede criticar al régimen". El sustituto de Rajoy en la presidencia del partido mostraba así su respaldo a la exministra Isabel García Tejerina, quien días atrás desató una considerable marea política al afirmar que "lo que sabe un niño de andaluz de diez años lo sabe ya uno de ocho de Castilla y León". Casado rechaza la acusación de que esa afirmación sea un insulto para los escolares andaluces cuando lo único que hace García Tejerina es decir "con datos que algo está mal". Este apoyo del líder del PP a la exministra se produce después de que sectores del propio partido, especialmente en Andalucía, criticaran sus manifestaciones, lo que la forzó a matizar lo dicho.