El Gobierno y Podemos siguen avanzando hacia una posición común en los Presupuestos Generales del Estado para 2019, según puede deducirse de las diversas declaraciones hechas ayer por las partes y de las filtraciones de la negociación. Sin embargo, la estimación del grado de compromiso alcanzado varía notablemente según sean fuentes socialistas o moradas las que se pronuncien.

Así tanto la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, lanzaron mensajes optimistas, que fueron confirmados a media tarde por el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez, quien certificó la "voluntad" de Podemos de alcanzar un acuerdo y confirmó que ha tenido una conversación "discreta" al respecto con el líder morado, Pablo Iglesias.

Sánchez explicó que lo prioritario es llegar a un acuerdo con Podemos sobre las grandes líneas, para así poder establecer el borrador que se enviará a la Comisión Europea antes del próximo lunes día 15. La búsqueda de los demás apoyos -el PDeCAT denunció ayer que todavía no ha sido consultado- se irá haciendo después "partido a partido", explicó el presidente del Gobierno. Sin embargo, Iglesias negó que el acuerdo esté cerca y no descartó una nueva reunión con Sánchez para limar diferencias.

El salario mínimo, que Podemos quiere elevar a mil euros en 2019, las medidas para pinchar la burbuja de los alquileres, las prestaciones para dependencia, y el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones son algunos de los principales puntos en los que el diálogo está encallado.

Por el contrario, hay acuerdo sobre la elevación de cinco a ocho semanas de los permisos de paternidad o la reducción del 10% al 4% del IVA sobre productos de higiene femenina. Las ministras de Economía, Nadia Calviño, y Trabajo, Magdalena Valerio, no descartaron ayer recurrir a los Presupuestos para financiar algunas pensiones.

En cuanto al compromiso alcanzado para subir dos puntos el IRPF a las rentas superiores a 140.000 euros anuales, Podemos introdujo ayer un nuevo escollo al pretender que la cifra de ingresos se rebaje a 130.000 euros. Estas rentas sufrirían un incremento de dos puntos en el impuesto, mientras que las superiores a 300.000 euros soportarían un alza del cuatro por ciento.