El presidente catalán, Joaquim Torra, se valió ayer del primer aniversario del 1-O para incitar a los comités de defensa de la república (CDR) a mantener la presión para conseguir la independencia, cuya "semilla constituyente", afirmó, fue la consulta ilegal de hace un año. Pero el comité de Barcelona, como ya hiciera el sábado tras las cargas de los Mossos d'Esquadra, volvió a reclamar que dimita. Y la CUP le acusó de frustrar la "victoria" del 1-O y de no querer materializar la república. Todo ello en un día de movilizaciones sin incidentes graves y con el colofón de una marcha en Barcelona cuya asistencia cifró la Guardia Urbana en 180.000 personas. La misma fuente elevó hasta un millón la participación en la de la Diada.

A lo largo del día, Torra lanzó varios mensajes, con afán de mantener alta la reivindicación soberanista. En Sant Julià de Ramis (Gerona), donde Carles Puigdemont debía haber votado hace un año, reunió a su Govern. Fue allí donde dijo que los CDR "hacen bien presionando" y les alentó a seguir haciéndolo.

La incitación de Torra a los grupos más activos del secesionismo levantó ampollas en el PP y en Cs. Pero no menos en Podemos, que le acusó de "alimentar el conflicto". El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, le recordó que mantener el orden público es su "responsabilidad".

El "número dos" del PP, Teodoro García Egea, respondió que si Torra y sus "secuaces" están llamando al "quebrantamiento de la ley", la justicia actuará y no podrán decir que son "presos políticos". Inés Arrimadas (Cs) advirtió que "Cataluña está presidida por el cabecilla de un comando separatista y España, por un señor que les blanquea", en alusión a Pedro Sánchez.

Los dos partidos del centro-derecha presentaron una petición conjunta de comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, para que dé explicaciones por las "amenazas independentistas" que dañan la convivencia en Cataluña y diga qué piensa hacer para "detener el caos, la violencia y la ocupación del espacio público tolerada y promocionada" por el Govern.

Después, el líder del PP, Pablo Casado, subió la apuesta y retó a Sánchez a presentar, "por dignidad", una cuestión de confianza.

Pero el Gobierno no pareció sentirse intimidado por las movilizaciones ni por la arenga de Torra. "Quedarse en una reivindicación del 1-O y de las ideas que determinaron ese proceso tienen una relevancia relativa", dijo el "número tres" del PSOE, José Luis Ábalos.

La portavoz, Isabel Celaá, apuntó que no veía "nada que celebrar" en el día de ayer, "un día de triste memoria". "No fue un buen día para el imaginario independentista, que se dio de bruces con la realidad". No obstante, admitió que las cargas de la Policía , hace un año, fueron un "error".

Las acciones de los CDR arrancaran a las siete de la mañana, cuando cientos de activistas irrumpieron en la estación del AVE en Gerona. Ocuparon las vías e interrumpieron más de dos horas el servicio.

En la misma ciudad, los independentistas arriaron la bandera española que ondeaba en la Delegación del Govern, que ocuparon por la fuerza arrollando a los agentes de los Mossos que custodiaban la entrada, con algunos momentos de tensión.

Grupos de los CDR cortaron la red viaria en al menos tres autovías y levantaron varias barreras de peaje. Barcelona amaneció con calles cortadas y los activistas se encadenaron a las puertas de la sede de la Bolsa. Miles de estudiantes también se manifestaron para pedir la validez de la votación del 1-O.