Los Mossos d'Esquadra se emplearon ayer a fondo para proteger una concentración de policías y guardias civiles que reunió a unas 3.000 personas del asedio de unos 6.000 independentistas convocados por los comités de defensa de la república (CDR) para frustrar la protesta de los agentes, que los secesionistas juzgaban una "provocación" a dos días del primer aniversario del referéndum del 1-O.

La concentración policial, convocada por el sindicato Jusapol, tenía por objeto reivindicar la equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los cuerpos autonómicos, pero también rendir homenaje a los agentes que participaron en el dispositivo policial del 1-O.

A falta de un balance definitivo, los Mossos informaban a media tarde del arresto de seis independentistas y dos agentes heridos.

La Policía catalana cargó varias veces contra los secesionistas, pero solo después de que se produjeran "ataques directos contra la línea policial" y se lanzaran "objetos y huevos".

Tras haber advertido "sin éxito a los concentrados en reiteradas ocasiones por megafonía que respetaran el cordón policial, se ha actuado para recuperar el espacio", señaló a "Efe" un portavoz policial.

El ambiente en el centro de Barcelona se tensó ya a primera hora, cuando miles de independentistas que se habían empezado a concentrar la noche del viernes en la plaza Sant Jaume intentaron llegar hasta la Jefatura Superior de Policía, en la Via Laietana, donde, al mediodía, arrancaba la manifestación de Jusapol.

Un primer cordón policial de los Mossos impidió a los independentistas acercarse a la jefatura. Los soberanistas lanzaron entonces contra los agentes catalanes una lluvia de polvos de pintura de colores -los que se usan en la fiesta india Holi- que inicialmente llevaban preparada para tirar a policías y guardias civiles. En estos incidentes resultaron heridos dos agentes.

Furgonetas de los Mossos y agentes quedaron teñidos por los polvos multicolor, además de cubiertas por restos de huevos y otros objetos que también les lanzaron, todo ello haciendo caso omiso de las advertencias que profería la Policía catalana por megafonía.

Tras las cargas de los Mossos, los CDR exigieron la dimisión del presidente catalán, Joaquim Torra, y el consejero de Interior, Miquel Buch, a quienes tildaron de "traidores" y a quienes amenazaron sin tapujos: "Lo pagaréis".

Entre tanto, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, en prisión, anunció que se presentará como cabeza de lista de su partido a las elecciones europeas de mayo de 2019. "Presentarse a Europa es la mejor manera de denunciar el retroceso democrático y la represión del Estado español", argumenta en una carta dirigida a la militancia.

Junqueras afirma que "defender el derecho a votar" y "denunciar un juicio que no será justo es hoy imprescindible".