El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desautorizó a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la que acusó de no ver el impacto en la relación comercial con Arabia Saudí de paralizar la venta de 400 bombas guiadas por láser que podrían ser usadas en la sangrienta guerra de Yemen. Sánchez hizo estas declaraciones el domingo en una entrevista en la que explicó que el asunto afectaba directamente a la Presidencia del Gobierno, por lo que decidió intervenir para mantener la relación comercial y, así, evitar poner en riesgo los puestos de trabajo de los astilleros de Navantia, en Cádiz. Arabia tiene un contrato con esa empresa para construir 5 corbetas, por importe de 1.800 millones, lo que representa una carga de trabajo de 5 años para unas 6.000 personas. Las bombas tienen un coste de 9,2 millones.

Sánchez negó que la rectificación represente una desautorización a la ministra, quien deberá comparecer mañana en el Congreso para explicar el asunto y ayer se ausentó del acto en el que el presidente, con 15 ministros, hizo un balance de sus cien días de Gobierno.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, estima "grave" mantener la venta e instó a Sánchez a que cumpla su promesa de campaña de "no vender armas a una dictadura".