La inmigración centró ayer el almuerzo de trabajo que celebraron en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la canciller alemana, Angela Merkel. Ambos mandatarios, que comparecieron en rueda de prensa conjunta, convinieron en la necesidad de que la UE dé a Marruecos un apoyo financiero más importante para que colabore a frenar la creciente ola migratoria que rompe sobre España. Aunque ninguno de los dos precisó el importe de la ayuda, fuentes del Gobierno confirmaron que puede ascender hasta 130 millones de euros, con cargo al Fondo Fiduciario para África.

Merkel se ha desplazado a España para pasar el fin de semana con Sánchez, y sus respectivos cónyuges, en Doñana. La jornada de ayer tuvo un perfil negociador más marcado, mientras en la de hoy primará al asueto. Se trata de la quinta vez que Merkel y Sánchez se entrevistan desde que este llegó a la Presidencia del Gobierno a finales del pasado mayo.

"Catorce kilómetros separan las costas de España, y en consecuencia de Europa de las del norte de Africa, pero hay una distancia mucho más importante, infinitamente mayor en términos de desarrollo económico, social, de protección de derechos humanos y también de estabilidad política", dijo Sánchez. "Cuanto mayor sea este abismo, mayor será el drama que se vive en las aguas del Mediterráneo", afirmó.

Por su parte, Merkel insistió en que la UE tiene que "intensificar la cooperación con Marruecos y Túnez, porque son países que necesitan ayuda y son fronterizos". La canciller alemana subrayó también que "la UE está llegando a acuerdos con países de origen como Níger, Senegal o Ghana".

Acogida de menores

Sánchez también garantizó que habrá un acuerdo entre comunidades autónomas para repartirse la acogida de los menores no acompañados. Sánchez, que se hizo así eco de las quejas de Andalucía por soportar la mayor presión en este aspecto, aseguró ser consciente del problema y anunció que el Gobierno ya ha completado un plan de choque para hacer frente a la crisis migratoria.