El Ayuntamiento de Vic (Barcelona) se personará contra el conductor que este domingo embistió a gran velocidad las cruces amarillas instaladas en la plaza Major del municipio por un presunto delito de odio.

En declaraciones a los medios este lunes, la alcaldesa, Anna Erra, ha explicado que se trata de un vecino de Vic de 51 años al que la policía identificó la noche del domingo y que estaba citado a declarar este lunes.

El hombre ha acudido al juzgado junto a su abogado aunque se ha negado a declarar, tras lo que deberá ir a juicio por un delito de conducción temeraria y daños, ya que accedió a una zona de paso restringido a vecinos y personas autorizadas, poniendo en riesgo la seguridad de las personas que se encontraban allí, ha apuntado.

El ayuntamiento ha detallado a Europa Press que la instalación de las cruces en la plaza contaba con el permiso municipal para el fin de semana por ser una actividad de apoyo a los políticos presos y en el extranjero, y ha recordado que una de ellas, la republicana Marta Rovira, es vecina de Vic.

Las cruces podían ser 'apadrinadas' por los ciudadanos con un donativo destinado a la Associació Catalana pels Drets Civils, creada por familiares de los líderes presos y en el extranjero, y que recientemente ha recibido al Creu de Sant Jordi de la Generalitat.

Erra ha agradecido el apoyo del presidente de la Generalitat, Quim Torra; el conseller del Interior, Miquel Buch, la Policía Local y vecinos que presenciaron la escena y facilitaron datos para identificarlo.

Abogado del conductor que arrolló las cruces niega motivaciones ideológicas

Víctor Martorell, el abogado del conductor, ha desvinculado su acción de cualquier motivación ideológica y la ha atribuido a un "ataque de angustia" que sufrió cuando circulaba cerca del lugar.

En declaraciones a Efe, Martorell ha explicado que su cliente ha acudido esta mañana a la comisaría de la policía local de Vic, que lo había citado para interrogarlo, pero se ha acogido a su derecho a no declarar, entre otras cuestiones porque está muy afectado psicológicamente debido al gran revuelo causado por su acción.

El abogado insiste en que la actuación de su cliente "no es un tema ideológico" y recuerda que éste, vecino de Vic de 52 años, es una persona conocida en el municipio, y también por la propia Guardia Urbana, porque sufre trastornos depresivos de los que se trata con una medicación muy potente.

Según la versión del letrado, el conductor sufrió un fuerte ataque de angustia cuando circulaba por la calle Verdaguer, próxima a la plaza Major, que le llevó a arrollar las cruces amarillas en apoyo de los políticos presos y sigue sin explicarse por qué lo hizo.