El Gobierno autorizó ayer a la embarcación "Open Arms", perteneciente a la oenegé catalana Proactiva, a desembarcar en el puerto de Barcelona a los 60 migrantes rescatados frente a las costas de Libia.

Según fuentes del Ejecutivo citadas por Efe, la solicitud se tramitó a través de Salvamento Marítimo. Ahora es el capitán del barco quien deberá decidir cuándo emprenderá la navegación hacia España, un viaje que se prolongará al menos cuatro días.

Oferta de Colau

Antes de hacerse pública la decisión del Gobierno, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ofreció su ciudad como destino de los rescatados. "Barcelona está preparada para recibir a la embarcación 'Open Arms' y a todas las personas rescatadas", escribió Colau en Twitter.

El rescate de los migrantes se produjo en aguas internacionales frente a Libia, cuando desde la embarcación de Proactiva se avistó una balsa neumática en la que viajaban hacinados numerosos inmigrantes, entre ellos algunos niños. En total eran sesenta: ocho palestinos, ocho de Sudán del Sur, tres de Mali, cinco sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, cuatro eritreos, ocho egipcios, tres de República Centroafricana, dos de Camerún, dos etíopes, seis libios, ocho de Bangladesh y un guineano.

Delicada salud

Fuentes de la oenegé explicaron a Efe que el estado de salud de los migrantes es "muy delicado". Antes de solicitar permiso a Salvamento Marítimo para desembarcar en un puerto español, contactaron con los centros de coordinación marítimos de Italia y de Malta, que les denegaron la posibilidad de arribar.

Tres administraciones -el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno- tendrán que coordinarse ahora para organizar la llegada de los rescatados. Esta remesa de sesenta inmigrantes llega después de la entrada del "Aquarius" hace apenas dos semanas con 630 rescatados a bordo, y de la llegada de más de dos millares de inmigrantes en pateras a las costas españolas a lo largo de la última semana.