En su estreno internacional, ayer en París, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, defendió la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de que los centros de desembarco para inmigrantes se instalen en suelo europeo, no fuera de la UE, como propuso esta misma semana el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una propuesta ya de por sí polémica, por cuanto es idea del primer ministro húngaro, el xenófobo Viktor Orbán.

Los centros para gestionar la situación de los inmigrantes y repartirlos por los países miembros deben ser "cerrados", puntualizó Macron en la comparecencia ante los medios que siguió a su entrevista en el Elíseo con Sánchez. El presidente hizo suya la idea del jefe del Estado francés, que hoy la someterá a debate en una cumbre informal en Bruselas convocada para preparar la reunión del Consejo Europeo de los días 28 y 28, en la que la Unión debe tomar medidas sobre inmigración sin más dilación, pues el espinoso asunto está partiendo en dos el club comunitario, con una Italia radicalizada en su postura de no acoger "ni un refugiado más", alineada con el grupo de Visegrado y Austria.

Sánchez y Macron mantuvieron un almuerzo de trabajo en el que usaron el inglés como lengua de conversación y en el que repasaron los principales asuntos de la agenda de la próxima reunión del Consejo Europeo.

Al planteárseles en rueda de prensa si apoyaban la propuesta de Tusk de crear centros de inmigrantes fuera de la UE, Macron dijo que le parece muy pertinente analizar esta posibilidad porque se puede proteger a quienes pretenden solicitar asilo incluso antes de entrar en territorio europeo. Pero propuso otra iniciativa "diferente y complementaria", que Sánchez asumió como propia y que según el presidente francés cuenta también con el aval de la canciller alemana, Angela Merkel. Se trata de establecer "centros cerrados" de desembarco en territorio europeo que sigan las normas del alto comisionado para los refugiados.

"Es una solución de cooperación que respeta el derecho", agregó Macron, quien pide que no se ceda a la "hipersimplificación y a la manipulación" del "populismo leproso" que achaca al ministro del Interior y vicepresidente italiano, el ultra Matteo Salvini, quien, por su parte, le ha acusado de "excederse con el champán" y ser, como Sánchez, un "charlatán".

De hecho, el presidente francés abogó por sancionar a los países europeos que rechacen acoger la cuota de inmigrantes que se les asigne, como ya hacen los del grupo de Visegrado: Hungría, Chequia, Eslovaquia y Polonia.

Sánchez, que se reunirá con Macron el 26 de julio en Madrid, dio el apoyo "entusiasta" del Gobierno al plan franco-alemán para reformar la eurozona implantando un presupuesto común para la UE y la creación de un fondo europeo a imagen del FMI, "un paso que ha tardado mucho en darse pero que era necesario".