Los afiliados del Partido Popular tendrán por primera vez voto a la hora de elegir a su futuro presidente, después de que los populares modificasen en diciembre de 2016 sus criterios de elección para incorporar un modelo más alineado con la tendencia a introducir las primarias. El sistema del PP permite que los militantes elijan en una primera votación a su candidato, que si consigue superar la barrera del 10 por ciento de los votos totales, pasaría a una segunda ronda. En esa siguiente etapa la palabra definitiva la tendrán los compromisarios, con un procedimiento más acorde con el habitualmente utilizado en el Partido Popular. En cambio, este paso se saltaría si algún candidato lograse en la primera votación con los afiliados más de la mitad de los votos o una mayoría en 30 de las 60 circunscripciones en la que se divide el partido, y lo hace con una distancia de al menos 15 puntos con respecto al segundo clasificado.