La travesía del buque "Aquarius" desde aguas de Sicilia hasta Valencia se está viendo complicada por unas condiciones adversas que incluyen olas de hasta cuatro metros y vientos contrarios. El buque está cubriendo las 700 millas de viaje (unos 1.300 kilómetros) en compañía de dos navíos militares con los que, por cuestiones de seguridad y logística, se ha repartido a los 629 inmigrantes recogidos el sábado en aguas próximas a Italia.

El "Aquarius", que aloja a unos cien rescatados, y su grupo naval tenían prevista la llegada a las costas españolas el "sábado por la noche", pero "las condiciones meteorológicas se están degradando" y el tiempo comienza a hacerse "extremadamente largo" para los pasajeros, informó ayer Aloys Vimard, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) a bordo del barco, quien admitió que no se descartan retrasos en la llegada

"Estamos preparando el barco, atando los cabos para que la gente no se resbale", comunicó Vimard. "Esta gente lleva cuatro días en alta mar, lo que es extremadamente largo para personas vulnerables, que están expuestas a niveles extremos de violencia", afirmó el responsable de MSF, quien denunció que el actual pulso político entre varios países ha degenerado en "condiciones inaceptables" de superviviencia.

"Teníamos comida limitada e íbamos muy por encima de nuestra capacidad", agregó Vimard en conversación con la agencia AFP. Según el trabajador humanitario, en el barco reinaba ayer "un ambiente bueno" porque "la gente entendió que vamos rumbo a España. Estaban extremadamente preocupados. Muchos temían ser enviados de vuelta a Libia. Algunos han intentado cruzar a Europa cinco o seis veces, antes de ser interceptados por guardacostas libios. No quieren revivir eso".