Podemos atribuyó ayer a la "presión" que ejerció sobre el Gobierno del PSOE la decisión de Màxim Huerta de dimitir como ministro de Cultura y Deporte, pese a que, por la mañana, el exministro y el propio Ejecutivo no se planteaban su renuncia.

"El Gobierno y el Presidente defendían esta mañana la continuidad de Màxim Huerta, pero España ya no es lo que era. Como hemos dicho esta mañana, la ciudadanía ya no tolera estas cosas. Felicito al Gobierno por saber escuchar y rectificar, pero sobre todo, felicidades a la gente", dijo secretario general de Podemos Pablo Iglesias.

El secretario de Organización, Pablo Echenique, también recordó que por la mañana Podemos había pedido la dimisión de Huerta y dejado la puerta abierta a solicitar su reprobación en el Congreso. "A pesar de las reticencias, al final ha hecho efecto", destacó.

La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Ione Belarra, resumió así la situación: "Un defraudador fiscal no podía estar en el Gobierno de la regeneración y del cambio político".

La dimisión de Huerta provocó una cascada de reacciones antes y después de su renuncia. El diputado de Nueva Canarias (NC) en el Congreso, Pedro Quevedo, que respalda al Gobierno de Pedro Sánchez, animó al jefe del Ejecutivo a "tomar una decisión" para "prestigiar la vida pública" y la "actividad política".

Melisa Rodríguez, portavoz de Cs, grupo que no había pedido la dimisión de Huerta, sino que diera explicaciones en el Congreso, afirmó que lo sucedido es un ejemplo de la "improvisación" de un Gobierno que ha llegado al poder "a cualquier precio", "sin rumbo" y sin un proyecto.

También la vicesecretaria general del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, pidió por la mañana a Huerta que diera explicaciones acerca de su sanción por fraude fiscal, aunque restó importancia al asunto, mientras que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, esquivó las preguntas arguyendo que las explicaciones les correspondía darlas a Huerta o al propio Sánchez.

Sin embargo, el PP, mucho más crítico tras su repentino paso a la oposición, consideró que lo ocurrido es el "triste ejemplo" de lo que se puede esperar del "Gobierno improvisado" de Sánchez, mientras que por la mañana el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, había instado al Ministro a dar explicaciones o dimitir tras conocerse que defraudó a Hacienda.

Por su parte, el mundo de la cultura acogió con satisfacción el nombramiento de José Guirao como nuevo ministro de Cultura y Deporte. El director del Museo del Prado, Miguel Falomir, deseó al nuevo ministro "lo mejor, porque lo que sea mejor para él lo será para el Prado" y destacó su "amplia experiencia en la gestión cultural".

Para el director de la Feria ARCO, Carlos Urroz, Guirao es "un excelente gestor que conoce a la perfección el mundo de la cultura con una experiencia espectacular, que conoce fenomenal la Administración y que como miembro del patronato de la fundación ha sido siempre constructivo, sensato y ecuánime".

El director del Festival de Mérida y presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España, Jesús Cimarro, dijo que es "una buena elección" porque conoce el mundo de la cultura, ha sido gestor de instituciones culturales "y eso es lo que reclamaba el sector, que no hubiera que explicarle quién es quién".