El expresidente del Gobierno José María Aznar ofreció ayer su colaboración para recomponer el centroderecha, pero desde su actual posición distante de la vida pública, nunca volviendo al primer plano de la política. El ofrecimiento de Aznar llegó horas después de que Mariano Rajoy, a quien hace quince años designó como sucesor, se despidiera del liderazgo del PP y en un tono de desapego del partido que provocó los reproches de algunos de sus antiguo compañeros.

El ahora presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) considera indispensable la reconstrucción del centroderecha en España, ahora "desarticulado". Aznar ofreció su colaboración para esa tarea en la presentación de "No hay ala oeste en la Casa Blanca", el libro del que fuera su secretario general de la Presidencia del Gobierno, Javier Zarzalejos.

"Mi compromiso es con mi país, con España y con los españoles. No tengo ningún compromiso partidario, ni me considero militante de nada ni me siento representado por nadie", advirtió Aznar como preámbulo. A su juicio, España atraviesa hoy una triple crisis: una motivada por el intento de "golpe de Estado" en Cataluña, otra del sistema de partidos y una tercera de liderazgos.

"El centroderecha español ha sido desarticulado. Lo que estaba unido hoy está dividido y, desgraciadamente, parece enfrentado", constató el expresidente, quien recordaba ayer su advertencia de hace tres años de que el PP debía rectificar sus políticas si quería sobrevivir a crisis más graves. Lamentó que tras aquel aviso sólo hubiera recibido "descalificaciones e improperios". Ahora la circunstancias cambian y Aznar considera imprescindible abordar la recomposición del espectro político en el que se mueven el PP y Ciudadanos. "Si se estuviese dispuesto a ello, desde mi posición actual y no desde ninguna otra, contribuiría con mucho gusto para que los españoles pudiesen tener esa mayor garantía de estabilidad y de seguridad en el futuro", señaló. En paralelo a ese proceso, Aznar considera también que debe recomponerse el centroizquierda, en su opinión roto desde 2004.

"El golpe sigue"

Respecto a la situación catalana, Aznar subrayó que, tras levantarse el 155, "el golpe sigue, en Cataluña hay un gobierno golpista, y el movimiento independentista no ha sido desarticulado".

Sólo se logrará una vuelta a la normalidad después de desarticular plenamente el movimiento secesionista, "con todo lo que eso implica, con todos sus apoyos, mediáticos, financieros, sociales y políticos". "Si no se hace eso, no se está haciendo lo suficiente para que España gane a los golpistas", señaló antes de mostrar su especial preocupación por el hecho de que los independentistas hayan apoyado a Pedro Sánchez para llegar el Gobierno.

Sánchez-Camacho

Las palabras de Aznar provocaron malestar en sectores del PP. La presidenta del Comité Electoral de la organización, Alicia Sánchez-Camacho, considera que "no era el día precisamente para que se pudieran decir esas palabras".

En una entrevista en el canal 24 horas, recogida por Europa Press, la diputada del PP ha asegurado que "respeta las valoraciones que pueda hacer el presidente Aznar" pero que debe ser consciente de la situación. "Todos somos dueños de nuestros momentos", ha señalado.

"Yo me quedo con la grandeza de las palabras del presidente, que ha dicho que va a estar siempre con su partido, vaya por donde vaya y que siempre va a formar parte de él", afirmó anoche la dirigente del PP.