Roger Torrent tuvo que interrumpir ayer el Pleno del Parlament y ponerse a negociar con los grupos por un lazo amarillo. El acuerdo alcanzado, después del sonoro rifirrafe mantenido con el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, consistió en dejar la figura en el hemiciclo, pero no delante de la bancada de los de Inés Arrimadas.

El lazo, símbolo con que los independentistas reclaman la libertad de sus dirigentes en prisión, y que Carrizosa retiró por dos veces, fue trasladado a la parte izquierda de la primera fila del hemiciclo, junto al president Torra, que fue el encargado de hacerlo tras una interrupción de una hora.

Torrent decidió suspender la sesión después de que Carrizosa hiciera caso omiso de su llamada al orden y a mantener el lazo amarillo donde lo habían colocado los soberanistas, en la primera fila del hemiciclo justo delante de donde se sientan los de Cs.

El presidente del Parlament consideró que la actitud de Carrizosa es una falta de respeto, por lo que, en la reunión que celebró con los grupos durante la suspensión del Pleno, advirtió que "no permitirá ni una falta de respeto más", según fuentes de su entorno.

Durante la sesión, los tres grupos independentistas (JxC, ERC y la CUP) tumbaron la propuesta del resto de crear una comisión de investigación sobre el presunto espionaje por parte de los Mossos, tras denunciar que Cs y el PPC rechazaron su idea de ampliar esta investigación a otros cuerpos de seguridad.