La ciudad de Logroño vivió este sábado un día histórico en el que miles de personas presenciaron el desfile anual del Día de las Fuerzas Armadas, presidido por el Rey Felipe VI y la Reina Letizia.

Unos 2.600 militares y guardias civiles, con 137 vehículos y más de 50 aeronaves han recorrido las calles del centro de la capital riojana, engalanada con miles de banderas rojigualdas para la ocasión, en los numerosos centros florales colocados por toda la ciudad y en las banderas que los logroñeses han colocado en sus balcones y ventanas.

Logroño ha amanecido con un fuerte aguacero que ha desanimado a algunos vecinos a mojarse para coger sitio y han optado por quedarse en casa para verlo en televisión.

Sin embargo, los madrugadores más osados han conseguido un hueco en primera fila del recorrido, tras aguantar desde antes de las ocho de la mañana bajo la lluvia con paraguas, chubasqueros y una silla para hacer más amena la espera.

Los bazares del centro de Logroño han aprovechado la ocasión para vender banderines, que los niños agitaban con orgullo, pero también han despachado un gran número de chubasqueros y ponchos desechables.

Dos horas antes del inicio del desfile ha dejado de llover y, contra todo pronóstico, la lluvia ha respetado el acto durante todo su desarrollo y el sol se ha hecho un hueco en el cielo.

Los logroñeses han transmitido su cariño a los monarcas, a quienes han recibido con aplausos y gritos de "¡Viva el Rey¡" cuando han llegado para ocupar su puesto en la tribuna.

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, a quien desde los balcones algunos vecinos han saludado con vítores de "guapa" y "¡Arriba España!", ha presenciado el acto junto a los miembros de la cúpula militar.

Los miles de ojos que escudriñaban el cielo confiando en que no lloviera han presenciado fascinados el vuelo de la "Patrulla Águila", que ha hecho su primera pasada sobre Logroño tras el homenaje a los que dieron su vida por España, dejando en el aire una estela con los colores de la enseña nacional.

Al término de la parada militar, la Reina Letizia ha saludado a los logroñeses que abarrotaban los balcones cercanos, desde donde han comenzado a corear "Felipe, Felipe", grito al que se han sumado todos los asistentes desde las gradas, hasta conseguir el saludo del Rey.

Después, los Reyes se han desplazado en coche hasta el Ayuntamiento de Logroño, donde se ha desarrollado una recepción oficial, tras la cual se han acercado a saludar a los logroñeses congregados en la zona.