El juez Pablo Llarena, instructor del proceso contra el desafío independentista catalán, manifestó ayer que se siente vigilado desde que asumió la causa. "Tengo que ir con cuatro escoltas" y "me miran siete veces en cada esquina", afirmó el magistrado, según testigos presenciales, para respaldar que Montserrat del Toro, funcionaria del Juzgado número 13 de Barcelona, declarara tras un biombo. Del Toro estaba citada como testigo por las defensas de Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat, y el exconsejero Raúl Romeva. La funcionaria ejercía como secretaria judicial en el registro de la Consejería de Economía el 20 de septiembre, que tuvo que abandonar camuflada después de que una multitud cercara las dependencias e impidiera su salida durante varias horas. Los abogados rechazaron que Del Toro compareciera oculta tras un biombo por considerar que esa medida, pactada por la testigo con la Fiscalía para evitar ser reconocida, vulneraba los derechos de sus defendidos. La funcionaria asegura que se siente vigilada, una situación que Llarena manifestó comprender por su propia experiencia. El magistrado decidió suspender la comparecencia de la secretaria judicial.