El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se estrenó ayer en una cena de gala, a la que no ha asistido la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes.

El banquete ofrecido por los Reyes a Rebelo de Sousa contó con la presencia de un centenar de invitados, entre ellos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su esposa, Elvira Fernández, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

En la fila del besamanos celebrado en el Salón del Trono, Sánchez estuvo flanqueado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, una foto que más de uno vio en clave premonitoria en caso de que Rajoy decidiera algún día nombrar como sucesor el dirigente gallego del PP. También asistió el alcalde de Vigo, Abel Caballero, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias.

La cena congregó a otras autoridades, entre ellas, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el del Senado, Pío García-Escudero, y el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, así como el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y su colega portugués, Augusto Santos.

A ellos se unieron una docena de presidentes de grandes empresas, como el de Repsol, Antonio Brufau; el de Gas Natural, Francisco Reinés; el de Caixabank, Jordi Gual; y el de Inditex, Pablo Isla.

Como es habitual en estos banquetes, han participado representantes de otros ámbitos de la sociedad civil.

Una de las que más miradas atrajo fue la tenista Garbiñe Muguruza, aunque no fue la única deportista.

También estuvieron la baloncestista Laura Nicholls, el esquiador paralímpico, Joan Santacana, con su guía Miguel Galindo, y el jugador portugués de fútbol sala Ricardinho.

Los comensales degustaron un menú compuesto por cuajada de mejillones en escabeche con espárragos, hierbas y flores; rape envuelto en especias con patatas al azafrán de La Mancha, y bizcocho aéreo de chocolate con toques mediterráneos.