El soberanismo intentará la semana próxima investir como presidente de la Generalitat a Jordi Sànchez, encarcelado en la prisión de Soto del Real. El presidente el Parlament, Roger Torrent, inició ayer una nueva ronda de consultas entre los grupos parlamentarios para convocar el pleno de investidura la semana próxima.

La propuesta de Torrent se enfrenta a dos obstáculos, el primero la duda de que el aspirante pueda estar presente en la Cámara para la investidura. Pese a las interpretaciones del soberanismo, el Tribunal Constitucional ya determinó que ningún candidato puede ser investido en ausencia.

De forma reiterada, el juez Llarena, que instruye la causa contra el proceso independentista, ha denegado a Sànchez tanto la posibilidad de excarcelación como la concesión de permisos para acudir a la Cámara. JxCat, la lista de la que forma parte el antiguo presidente de ANC, considera que una resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en la que, según su lectura, se insta al Gobierno español a proteger los derechos políticos de Sànchez, obligaría al juez del Supremo a permitir que fuera al Parlament para ser investido.

Sin votos

Aunque pudiera acudir a la investidura, el diputado no cuenta con los votos necesarios para salir presidente. "Lo tenemos atado entre tres", afirmaba ayer Elsa Artadi, portavoz parlamentaria JxCat, quien asegura contar con los apoyos de ERC y la CUP. Esta última formación, cuya falda de respaldo frustró el intento de investir a Jordi Turull, asegura sin embargo que mantiene su rechazo a investir a cualquiera que no sea Puigdemont. Con ello, el soberanismo catalán todavía carece de votos suficientes para que prospere el candidato, pese incluso a la delegación del voto de Puigdemont, por un cuestionado acuerdo de la Mesa de la Cámara.

Las grupos constitucionalistas reprocharon ayer a Torrent que insista en proponer "candidatos no viables" para presidir la Generalitat.