El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont jugó ayer durante buena parte de la jornada al ratón y el gato con la policía finlandesa. A primera hora de la mañana, Puigdemont hizo saber que se presentaría ante las autoridades finesas si estas recibían una petición española de extradición. Sin embargo, por la tarde, se reveló que el líder de Junts per Catalunya se encuentra desde el viernes por la noche de regreso en Bélgica. Puigdemont había viajado a Finlandia el jueves para reunirse con diputados de ese país y participar en un seminario en la Universidad de Helsinki. Había anunciado su regreso a Bélgica para ayer por la tarde.

La Policía finesa confirmó ayer por la mañana que había recibido, por la noche, una solicitud de extradición de España, consecuencia de la orden de captura internacional lanzada el viernes por el juez del Supremo Pablo Llarena contra cinco de los secesionistas que permanecen huidos de la justicia.

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Tras la recepción, Finlandia pidió a la Fiscalía española información complementaria. Horas después, y una vez recibidos esos datos, la policía finesa anunció la activación del "procedimiento normal de extradición", si bien precisó que desconocía el paradero de Puigdemont. Para esos momentos, su abogado, Jaume Alonso Cuevillas, ya había anunciado a Catalunya Ràdio que el expresidente se presentaría a la policía finlandesa.

Fue hacia media tarde cuando al fin se desveló todo el embrollo. El diputado finlandés Mikko Karna, uno de sus anfitriones, informó desde Helsinki que acababa de "recibir información de que Carles Puigdemont se fue de Finlandia ayer por la noche (por el viernes), por medios no precisados, con dirección a Bélgica". El diputado añadió que el expresidente le confirmó que "en Bélgica cooperará totalmente con las autoridades". La euroorden reactivada por Llarena el viernes había sido suspendida por el magistrado el 5 de diciembre por temor a que Bélgica restringiera los delitos imputables. Puigdemont está procesado por rebelión y malversación.