Jordi Sànchez está dispuesto a renunciar a su escaño y a todas sus opciones de ser investido con tal de salir de la cárcel y "abrazar a sus hijas". La oferta del "número dos" de la lista de Junts per Catalunya (JxC) la hizo ayer pública su defensa, y por dos veces, ante los magistrados de la sala de apelaciones del Supremo. La renuncia de Sànchez despejaría el camino para que Jordi Turull (JxC), en libertad provisional, optara a la investidura, pero no garantiza que el exportavoz del Govern sea elegido president.

A diferencia de Sànchez, que depende del juez Pablo Llarena para ir al Pleno, Turull no tiene problemas para presentarse ante el Parlament, aunque, de ser investido, quedaría inhabilitado para ejercer el cargo en cuanto el instructor dictara contra él auto de procesamiento.

Con todo, no es este el principal problema que tiene ahora ante sí el independentismo. JxC y ERC suman 66 diputados, suficientes para superar los 65 que reúnen Cs, el PSC, los comunes y el PPC en una segunda votación de investidura (por mayoría simple). Pero hay un problema: Llarena deniega a Carles Puigdemont y a Toni Comín (ERC) la posibilidad de delegar el voto por ser prófugos de la justicia, así que, a fin de seguir sumando 66, los dos tendrían que renunciar al escaño para que la lista corriera.

La razón es que la CUP, con cuatro escaños, sigue sin moverse de la abstención, lo que haría imposible la elección de Turull, un candidato que, además, no es de su agrado por su fuerte vinculación orgánica con el PDeCAT y porque abjuró de la vía unilateral y acató la Constitución para salir de la cárcel. De hecho, en el auto en el que decretó su excarcelación el pasado diciembre, Llarena le advirtió que si volvía "al delito", podría regresar a prisión.

El portavoz de los anticapitalistas, Carles Riera, ratificó ayer la abstención de los cuatro diputados "cuperos", pero, de paso, invitó al presidente del Parlament, Roger Torrent, a enfrentarse a Llarena, al anunciar que ha pedido a la Mesa que se pronuncie sobre si es competente para decidir sobre el voto delegado de Puigdemont y Comín.

Riera, que rechaza el acuerdo de investidura que JxC y ERC tienen casi cerrado -porque le parece continuista con la etapa autonómica- y que la semana pasada exigió pasar "a la desobediencia", dijo que si la Mesa respondiera afirmativamente a su petición, la CUP vería en ello una señal en la buena dirección, aunque no por ello garantizó que los cuatro diputados "cuperos" pasarían de la abstención al "sí".

Entre tanto, el fiscal del Supremo Fidel Cadena, por orden expresa del fiscal general del Estado, Julián Sánchez Melgar, interesó ayer la excarcelación del exconsejero Joaquim Forn bajo fianza de 100.000 euros por "razones humanitarias" debido a la "aparición de la tuberculina", que es la prueba utilizada para diagnosticar si existe infección tuberculosa.

La Fiscalía, además, ha pedido al juez Llarena que anule la validez de los pasaportes de Puigdemont y los exconsejeros prófugos de la justicia.