La tensión entre las dos grandes fuerzas independentistas del Parlament, ERC y Junts per Catalunya (JxC), siguió ayer tan visible como la víspera, pero con menos virulencia, porque Esquerra declinó contestar al vicepresidente de la Cámara, Josep Costa, que volvió a denostar públicamente (por "ridícula") la iniciativa de llevar ante el Tribunal Europeo de Estrasburgo la defensa de los derechos de participación política de Carles Puigdemont.

Es más: Costa negó que el presidente del Parlament, Roger Torrent, le hubiera avanzado el martes su decisión de recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

"No hablamos en ningún momento de eso, ni de que se pidieran medidas cautelares", dijo Costa, desmintiendo al portavoz de ERC, Sergi Sabrià, según el cual Costa era conocedor de la intención de Torrent.

Costa opina que el presidente de la Cámara quiso dar "un golpe de efecto mediático" con el anuncio de acudir a la corte de Estrasburgo, para compensar su negativa a tramitar la propuesta de JxC de reformar la ley de la Presidencia y del Govern para promover la investidura a distancia de Puigdemont, de la que Esquerra no quiere ni oír hablar porque abriría un nuevo contencioso con la justicia española.

El vicepresidente de la Cámara admitió que JxC está "estudiando todas las vías en el ámbito español e internacional" para defender la investidura de Puigdemont, y que en esa estrategia cabe la posibilidad de llevar el caso ante el Tribunal de Estrasburgo, aunque antes de hacerlo considera que hay que trabajar la estrategia jurídica.

"No queremos hacer el ridículo y presentar propuestas que no estén bien trabajadas", afirmó, dando a entender que no ve demasiado recorrido a la iniciativa de Torrent, tal como la víspera advirtieron varios partidos de la oposición.

El magistrado y exvicepresidente del TEDH Josep Casadevall puso ayer en duda que haya jurisprudencia sobre la petición de medidas cautelares en beneficio de Puigdemont que ha planteado Torrent, informa Europa Press. Estas solo se han aplicado, explicó, en casos de "riesgo para la vida de las personas o riesgo de maltratos y torturas".

Urgencia

En este clima de tensión y desencuentro entre las dos principales fuerzas soberanistas, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, advirtió que los votantes independentistas "no desean ninguna pelea en público" entre ambos partidos. Pero las divergencias son tales que el portavoz de Esquerra, Joan Tardà, advirtió que sería "una vergüenza" y algo "inadmisible" que se frustrara el acuerdo para lograr un Gobierno "efectivo" en Cataluña, un objetivo que empieza a ser "urgente" conseguir. No obstante, Tardà aún tiene esperanza: "Habrá Gobierno. No vamos a darle el gustazo a aquellos que no ganaron las elecciones".

Entre tanto, la expresidenta del grupo de la CUP en el Parlament Mireia Boya declaró como imputada ante el juez Llarena del Supremo, que instruye la causa contra el "procés", y dijo que la declaración unilateral de independencia (DUI) del 27 de octubre no era meramente cosmética o simbólica, sino que buscaba una "efectividad real".