"Entre presidiario y presidente, prefiero ser presidente, porque al menos ahora puedo hacer cosas, pero en prisión no podría hacerlas". El cabeza de lista de Junts per Catalunya (JxC), Carles Puigdemont, insiste no ya en que puede ser investido sin regresar a España, sino que también puede gobernar a distancia valiéndose de las nuevas tecnologías para reunirse con sus consejeros.

"En la prisión no me podría entrevistar ni dirigirme a la gente, escribir y recibir a gente; muchas de las cosas que hago", explicó ayer en una entrevista radiofónica desde Bruselas. Para el expresidente catalán, "la única manera de seguir haciéndolo es con libertad y seguridad, que es lo que garantiza que las políticas públicas puedan desarrollarse".

Sin desvelar las fórmulas que JxC negocia con ERC para que pueda ser investido, reivindica que el 21-D los catalanes votaron a favor de "restituir" el Govern destituido por el artículo 155. "Si el Parlament me ratifica como presidente, el jefe del Estado no tiene ningún derecho a subvertir el mandato legal y constitucional", defiende Puigdemont al serle preguntado qué ocurriría si el Rey se negara a firmar su nombramiento. En ese caso, "el problema lo tiene el Rey".

Además cargó duramente contra los letrados del Parlament, a los que puso en entredicho por querer convertirse, a su juicio, en "el diputado número 136" de la Cámara. "No hay plan B. Solo hay plan A. La gente ha votado por la restitución", insiste.

Puigdemont espera reunirse lo antes posible con el nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, aunque ya avanza que el encuentro solo podrá celebrarse en Bruselas.

Torrent, mientras tanto, ni confirma ni desmiente que vaya a hacer el viaje. Este lunes anunciará a a quién propone como candidato a la investidura y, por lo tanto, si acepta la vía telemática. Ayer, al concluir la ronda de contactos con los grupos, se limitó a decir que su única pretensión es garantizar que haya un candidato "que pueda ser investido" y gobernar. Pero "el Govern debe ser efectivo", precisó.