Junts per Catalunya (JxC) y ERC ya han cerrado un acuerdo para sumar mayoría independentista en la Mesa del Parlament, que se constituye el próximo día 17, pero las reticencias de los republicanos a una investidura "a distancia" de Carles Puigdemont, que huyó a Bruselas para eludir la prisión, mantienen en el aire la restitución del expresident en el cargo del que fue apeado el pasado 27 de octubre por efecto de la aplicación del artículo 155.

Puigdemont propone a ERC una investidura por videoconferencia o bien una investidura delegada, pero los republicanos quieren estudiar detenidamente esas opciones y han pedido más tiempo para pensárselo. El lunes, Esquerra propuso que esas alternativas sean validadas por los letrados del Parlament. Y ayer anunció que preguntarían a sus propios servicios jurídicos.

Puigdemont y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, cenaron el martes en Bruselas y acordaron quedarse con cuatro de los siete puestos de la Mesa (otros dos serían para Cs, el partido más votado el 21-D, y otro para el PSC) y dejar a "los comunes" de Xavier Domènech sin representación en el órgano de gobierno de la Cámara.

Fuentes republicanas explicaron que el acuerdo fue posible porque Puigdemont desistió de bloquear el pleno de constitución del Parlament promoviendo la ausencia de sus diputados.

Los tres grupos independentistas (34 de JxC, 32 de ERC y 4 de la CUP) suman dos diputados por encima la mayoría absoluta (68), por lo que, en condiciones normales, no tendrían ningún problema para conseguir cuatro de los siete miembros de la Mesa. Sin embargo, 8 de esos 70 diputados están en la cárcel (3) o fugados a Bruselas (5), así que está en el aire su presencia en el pleno del día 17 y la mayoría soberanista.

Para asegurar esta mayoría, a los independentistas les valdría con que los tres encarcelados obtuvieran el permiso para ir al Pleno y que los cuatro exconsejeros que están en Bélgica renunciaran al escaño y dejaran correr la lista.

En este contexto, el expresident Artur Mas, que el martes renunció a la presidencia del PDeCAT, el partido de Puigdemont, pidió a las fuerzas soberanistas que no pongan "en peligro" la mayoría absoluta cosechada el 21-D. Mas reclama que el nuevo Govern no sea "para unos meses, sino para toda una legislatura", y advierte que el 47% de los sufragios obtenido en las urnas permite mantener el rumbo hacia la independencia, pero no a cualquier precio. "Se tendrá que hacer en los marcos establecidos por el Estado español, que son un corsé, porque ya se ha visto el recorrido que tienen", avisa.

De su lado, el cabeza de lista de ERC, Oriol Junqueras, en prisión, ha pedido al Supremo el traslado a una cárcel catalana para poder asistir a los plenos de constitución e investidura.

Los letrados argumentan que un preso sigue manteniendo sus derechos políticos, como votar y ser elegido en un proceso electoral: "Un diputado electo ha de poder ejercer sus funciones políticas esenciales".