El juez de instrucción número 3 de Palma, José Castro, firmó ayer su último auto. El magistrado, que se jubila hoy, devolvió el pasaporte y permitió salir de España al expresidente balear Jaume Matas, imputado en la macrocausa de corrupción Palma Arena. En cuanto a su jubilación, Castro confesó a la prensa que espera no ser recordado solo por el "caso Nóos": "No quisiera ser el juez que imputó a una persona determinada". Y lo explicó: "He pasado treinta y tantos años sin imputar a esta señora, y luego en los tres o cuatro últimos años ha sido cuando ha ocurrido esto. No quisiera pasar, pero ustedes dirán si paso o no paso, o paso al olvido, que será lo más razonable, seguramente".

El magistrado señaló que de no ser por la jubilación forzosa continuaría ejerciendo porque no se siente "agotado" y reconoció no estar preparado "anímicamente" para despedirse. Asimismo, descartó dedicarse al mundo de la política tras su jubilación como juez. Un par de entrevistas, muchos abrazos, buenos deseos y varios selfies han completado el día antes de su particular despedida: "¿Quién quiere la toga?".