Carles Puigdemont puso ayer en entredicho la "lealtad" del CNI en la prevención de los atentados de Barcelona y Cambrils del pasado 17 de agosto. Un día después de tildar a la UE de "club de países decadentes", el expresidente catalán declaró abiertamente su "desconfianza" en "el sistema de seguridad" del Estado.

En una entrevista con elnacional.cat, Puigdemont reflexiona en estos términos después de conocerse los contactos entre el CNI y el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty, considerado el cerebro de los ataques yihadistas.

A su juicio, la relación del CNI con el imán "abre muchas preguntas" y "crea muchas desconfianzas en el sistema de seguridad español".

"No han sido leales a los ciudadanos. Por culpa de esta deslealtad no sabemos si no hemos podido evitar un atentado y muchos muertos. No lo sabemos", deja caer. Y agrega que en agosto ya se "olían" esos contactos, pero no podían aportar pruebas, y ahora "se ha demostrado" esa relación.

Mientras tanto, y para calmar la tormenta desatada por sus críticas a la UE, de las que ERC y el PDeCAT se desmarcaron -sin negar por ello la posibilidad de que los catalanes sean preguntados algún día por la permanencia en la UE, como el expresident sugirió el domingo-, Puigdemont apostó por un "catalanismo indudablemente europeísta".

"Queremos una Europa más integrada, más próspera, más democrática y más comprometida. Nos tenemos que conjurar para mantener vivos estos valores", aseguró.

Pero, además, el cabeza de lista de Junts per Catalunya sostiene que "el caso catalán es una oportunidad de avanzar hacia una UE más fuerte", en la que "la ciudadanía tenga cada vez más poder de decisión y los Estados tengan menos", ya que a su juicio "este es el verdadero espíritu europeo".

El Gobierno juzgó "absurda" la postura de Puigdemont del domingo y Podemos cargó contra sus "planteamientos irreales" y "mágicos".