La designación de Julián Sánchez Melgar como nuevo fiscal general del Estado concitó ayer un respaldo casi unánime por lo que se refiere a su trayectoria en la carrera judicial. Algunas voces, como la Unión Progresista de Fiscales y la asociación Jueces para la Democracia, admitieron que hubieran preferido que el sustituto de José Manuel Maza procediera de la carrera fiscal, pero los elogios a su larga experiencia como penalista abundaron. No en vano llegó al Tribunal Supremo con 44 años, un reconocimiento que no está al alcance de cualquier juez.

Además se valora su perfil dialogante y más accesible, bazas que quizá el fallecido Maza no atesoraba. Pero la continuidad -lo que al Gobierno más le importaba, sobre todo por lo que toca al desafío secesionista- está asegurada.

Sánchez Melgar (Palencia 1955) es un magistrado conservador, que llega a la Fiscalía General del Estado desde la Sala de lo Penal del Supremo, el mismo destino que tenía Maza antes de convertirse en su predecesor. Se le tiene por muy próximo al presidente de la Sala, Manuel Marchena, y es juez de enlace en el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), aunque esa sea una tarea que desempeña las más de las veces el magistrado del Supremo Pablo Lucas.

En el haber del juez Sánchez Melgar figuran dos sentencias sonadas. Fue el ponente de la llamada "doctrina Parot", que antes de ser anulada por el Tribunal de Estrasburgo permitió que los etarras condenados cumplieran íntegramente sus penas, y emitió un voto particular en la sentencia que instauró la "doctrina Botín", alineándose con los jueces progresistas en contra del criterio de los conservadores, que, por mayoría, exoneraron al fallecido banquero.

Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid y doctor en Derecho por la de A Coruña. Casado y con dos hijos, ingresó en la carrera judicial en 1983 y ascendió a magistrado en 1987. Estuvo destinado en la Audiencia Territorial de Barcelona y sirvió después en los juzgados de Santander, donde fue elegido juez decano, y como magistrado en la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.

Fue presidente de la Audiencia de Ávila con menos de 40 años.