Banco Sabadell, que el 5 de octubre desencadenó -con el traslado de su sede social y fiscal a Alicante- la fuga de los domicilios mercantiles de 1.600 empresas fuera de Cataluña, anunció ayer en la capital alicantina que el cambio de su sede a esta ciudad "no tiene caducidad", porque, según dijo su presidente, Josep Oliu, se trata de una decisión "muy pensada y meditada". El banco tenía previsto hacía tiempo que "si se daban determinadas circunstancias se tenía que hacer ese paso", afirmó.

El máximo dirigente del banco catalán, que ayer celebró la primera reunión en Alicante de su consejo de administración, definió el traslado como una decisión sin plazo de reversión. Cuando se da "un paso así, es por tiempo indefinido", declaró.

En similares términos se expresó el martes Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixa Bank, el mayor banco catalán, y que siguió los pasos del Sabadell con el traslado de su sede a Valencia y el de su mayor accionista (la Fundación Bancaria La Caixa) a Palma.

A diferencia de Caixa Bank, que en principio no prevé trasladó de departamentos del banco, Sabadell anunció días atrás que está considerando evacuar su presidencia y su secretaría general a Madrid.

La elección de Alicante obedeció a su proximidad geográfica con Cataluña, al bilingüismo, a que ya era sede de la división inmobiliaria Solvia y a que, tras la compra del negocio de la antigua caja alicantina CAM en 2011, la Comunidad Valenciana es el segundo territorio en el que el Sabadell tiene mayor implantación y capacidad informática de respaldo.