El desfile del Día de la Hispanidad celebrado ayer en Madrid será recordado por ser el de mayor participación ciudadana de los últimos años. Todo pareció conjurarse para que así fuera: buen tiempo en la capital, un puente de cuatro días que ha disparado el turismo en la ciudad y, sobre todo, la crisis catalana, acentuada en las últimas semanas. Aunque la situación en Cataluña fue el tema de conversación recurrente entre el público que arropó a los 3.900 soldados que participaron en el desfile, no se escucharon descalificaciones ni insultos hacia los catalanes o sus políticos, como sucedía recurrentemente en ediciones pasadas.

El desafío independentista también centró el foco de atención de la tradicional recepción en el Palacio Real, que contó con más invitados que en años anteriores. Más de 1.500 personas, entre autoridades del Estado, representantes políticos, empresarios, embajadores y miembros de otros ámbitos, acudieron al saludo con don Felipe y doña Letizia y al posterior vino español ofrecido en el comedor de gala del palacio.

La mayor afluencia de invitados prolongó la línea de saludos cerca de hora y media. En el desfile de saludos, Galicia estuvo representada -además de por el presidente del Gobierno y su esposa, Elvira Fernández- por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y su marido, José Benito Suárez, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o el alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, Abel Caballero, entre otros.

Destacó la afluencia de exministros socialistas, más de una veintena, así como de los expresidentes de Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

La encrucijada catalana acaparó la inmensa mayoría de los corrillos en los que se dejaron ver el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, y el del Grupo Planeta, Josep Creuheras, dos de las compañías que han mudado su sede. La recepción dejó detalles como el cariñoso saludo de los Reyes al exbanquero Francisco Luzón, en silla de ruedas por estar enfermo de ELA. También asistieron familiares de Ignacio Echeverría, el joven asesinado en Londres cuando intentaba socorrer a un policía británico en el ataque yihadista de junio.