La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fue sin ninguna duda la persona más citada en declaraciones y alocuciones a lo largo de la jornada de ayer. Colau, que ha expresado su voluntad de que se celebre el referéndum prohibido del 1-O -pese a criticarlo-, sigue sin embargo reclamando garantías de que no se perjudicará al consistorio ni a sus funcionarios antes de comprometerse a ceder locales municipales para la instalación de colegios electorales.

La alcaldesa criticó, por un lado, lo que calificó de "cobardía absoluta" del Gobierno del PP, pero también las "prisas" del Govern con su hoja de ruta "unilateral", que, dijo, deja fuera a la mitad de Cataluña, y advirtió al PDeCAT del expresidente Mas que no acepta lecciones "de quienes hasta hace días no tenían ni idea de lo que era la desobediencia civil".

Colau ya inició la jornada, en la ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova, pidiendo a Rajoy que permita el referéndum. "El Gobierno insiste en esconderse detrás de jueces y fiscales", dijo antes de añadir que tiene "plena disposición a facilitar la participación del 1 de octubre". Sin embargo, acto seguido llegaron las matizaciones, que son las mismas que viene esgrimiendo desde la pasada semana: "Queremos garantizar los derechos de los ciudadanos, pero también los de los funcionarios".

La alcaldesa de Barcelona decidió no asistir a la manifestación independentista "para preservar su figura institucional", según resaltó su teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, quien fue el encargado de comunicar las intenciones inmediatas de la regidora.

Pisarello confirmó que hay contactos entre el consistorio barcelonés y el Govern sobre la cesión de locales para el 1-O y que estos son "permanentes". El "número dos" de Colau explicó que el Ayuntamiento "buscará fórmulas" para que haya la "máxima disponibilidad de locales" para que los barceloneses puedan participar en el referéndum.

En cualquier caso, la sensación de indefinición transmitida por Colau le hizo ayer blanco de críticas desde todos los frentes. La coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, la llamó a "recapacitar", porque, dijo, "no cabe la equidistancia", mientras que la CUP desplegó una pancarta en lo alto del edificio nuevo del Ayuntamiento: "Colau, votaremos contigo o sin ti. Sí".

En el otro extremo, el PP la instó a no ceder espacios y a ponerse del lado de "los buenos", que son "los que cumplen la ley", y no junto a quienes quieren "delinquir".