El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió ayer de que el incremento de los flujos de inmigrantes que llegan a España desde Marruecos "vuelve a ser una preocupación". Macron valoró de esta forma la situación de la ruta migratoria del Mediterráneo occidental, a través de la cual llegaron a España 2.300 inmigrantes el pasado mes de julio, cuatro veces más que en el mismo mes del año anterior, de acuerdo con la Agencia Europea de Fronteras (Frontex). Esta cifra eleva a 11.000 el total de llegadas a España en los primeros meses de 2017, lo que supera ya el número registrado en el país en todo 2016.

En un discurso ante los embajadores franceses reunidos esta semana en París, defendió la iniciativa de que los europeos procedan al filtrado de posibles demandantes de asilo en territorio de Níger y Chad, decidida el lunes en una minicumbre. "Esta acción tardará tiempo y es difícil" pero "constituye una respuesta esencial a nuestro desafío", afirmó el presidente francés.

Macron aseguró que en la cuestión migratoria "asistir a los inmigrantes es un deber moral". Sin embargo, también insistió en la necesidad de ser conscientes de la "distinción" que debe hacerse entre los inmigrantes económicos y los refugiados.

Por ello, el presidente galo consideró que ante la llegada de inmigrantes a Europa desde el Mediterráneo, "asistir a Grecia sigue siendo un imperativo". Pero por encima de todo, Macron advirtió que los 800.000 migrantes que se calcula aguardan en Libia a la espera de poder entrar en el Viejo Continente, la mayoría de los cuales "no son refugiados", constituyen "una amenaza real" para Europa.